Gran despliegue para proteger a la mujer tiroteada hace un lustro

Los dispositivos telemáticos indicaron que su expareja y presunto agresor regresó a O Grove

Eva María Afonso, durante un acto contra la violencia machista desplegado en O Grove.

Eva María Afonso, durante un acto contra la violencia machista desplegado en O Grove. / Iñaki Abella

Manuel Méndez

Manuel Méndez

El 5 de diciembre de 2018, José Antonio Prieto Fernández fue detenido como presunto autor de un grave episodio de violencia de género, pues antes de intentar suicidarse habría disparado dos veces a su expareja, Eva María Afonso Fernández, que se salvó milagrosamente.

Sucedió en su vivienda de O Grove, un piso en la calle de Castelao que habían compartido como domicilio conyugal hasta que una denuncia anterior por malos tratos hizo que se decretara para él una orden de alejamiento.

Cerca de su excasa

El miércoles, ese mismo lugar volvió a llenarse de agentes de la Guardia Civil, y de nuevo para tratar de proteger a la víctima, quien revivía su peor pesadilla.

Tuvo que ir a Pontevedra al juzgado y en lugar de regresar a Ourense, lo que hizo fue saltarse de nuevo la orden de alejamiento y venir a O Grove, por lo que tuve que regresar a casa desde mi trabajo protegida por mis guardias custodios

Eva María Afonso Fernández

Y todo porque su exmarido y presunto agresor se habría saltado nuevamente la orden de alejamiento y estaba cerca.

Al menos así lo indicaron los dispositivos de control, vigilancia y seguimiento que deben usar tanto él como ella. Según esos aparatos, José Antonio Prieto Fernández no solo entró en la península de O Grove, sino que se habría situado a menos de 500 metros de la víctima –puede que a menos de 100–, aunque nadie llegara a verlo.

Medidas cautelares

Y eso que las medidas cautelares preventivas dictadas cuando se decretó la liberta provisional del ourensano José Antonio Prieto Fernández establecieron tanto su comparecencia judicial semanal como la prohibición de comunicarse con la víctima y de acercarse a menos de 500 metros.

Además de la “prohibición de entrada o residencia en Pontevedra (provincia), retirada de pasaporte y control telemático a través de pulsera”.

“Tuvo que ir a Pontevedra al juzgado y en lugar de regresar a Ourense, lo que hizo fue saltarse de nuevo la orden de alejamiento y venir a O Grove, por lo que tuve que regresar a casa desde mi trabajo protegida por mis guardias custodios”, explicaba ayer, aún aterrorizada por lo sucedido, la propia Eva María Afonso.

17.30 horas

Fue a eso de las cinco y media de la tarde “cuando los dispositivos telemáticos indicaron que estaba a menos de 500 metros”, de ahí que se pusiera en marcha un espectacular despliegue de seguridad protagonizado por la Guardia Civil de O Grove.

Y es que las patrullas movilizadas no solo se situaron en todo momento al lado de Eva María Afonso y su vivienda, sino también en la carretera de entrada y salida a O Grove, tratando así de dar con el paradero del presunto agresor.

Me sentí tremendamente protegida, y quizás si no me pasó nada fue gracias al trabajo del personal del programa Viogen y de la Guardia Civil de O Grove; pero también es cierto que pasé un miedo terrible al saber que volvía a estar cerca de mi

Eva María Afonso

Se cerró el operativo a eso de las ocho y media de la tarde, cuando los mismos dispositivos telemáticos que habían situado a José Antonio Prieto Fernández en O Grove indicaban que ya estaba en su casa de Ourense, donde los efectivos policiales que lo esperaban allí pudieron comprobarlo.

GPS

En base a todo ello, y de acuerdo con el seguimiento GPS realizado, se ha elaborado un informe para su remisión al juzgado, por si éste considerara preciso adoptar otro tipo de medidas en relación con la orden de alejamiento y la libertad bajo fianza del presunto maltratador.

Uno de los actos de repulsa contra la violencia protagonizados por Eva Afonso, en 2021.

Uno de los actos de repulsa contra la violencia protagonizados por Eva Afonso, en 2021. / Iñaki Abella

Y es que, insiste Eva Afonso, “no es la primera vez que protagoniza un quebrantamiento de la orden de alejamiento, aunque nunca se había acercado tanto como en esta ocasión”.

“Es cierto que me sentí tremendamente protegida, y quizás si no me pasó nada fue gracias al trabajo del personal del programa Viogen y de la Guardia Civil de O Grove; pero también es cierto que pasé un miedo terrible al saber que volvía a estar cerca de mi”, reflexiona.

"No me dejaron sola"

“Los agentes no me dejaron sola en ningún momento, pero aún así sentía que la amenaza estaba ahí fuera y era muy real”, insiste esta conocida ciudadana grovense cuando resalta la importancia de disponer de programas de ayuda a las víctimas como el Viogen.

Si bien, como ya hizo en otras intervenciones públicas, vuelve a reclamar mayor control sobre los agresores, precisamente para tratar de evitar episodios como el que a ella le tocó vivir esta vez.

El despliegue policial en el entorno de la vivienda de la víctima, el día del tiroteo.

El despliegue policial en el entorno de la vivienda de la víctima, el día del tiroteo. / FdV

“Las víctimas debemos estar protegidas en todo momento y hay que articular los procedimientos para que así sea, pues mecanismos como los dispositivos telemáticos favorecen al delincuente y hacen pasar un tormento a las víctimas, que viven en una constante desazón”, alertaba en 2021, con motivo de la conmemoración del 25-N.

Para añadir: “No puede ser que seamos las víctimas las que veamos limitada nuestra libertad o vivamos con miedo permanente mientras los agresores rompen las órdenes de alejamiento y pueden aparecer en cualquier momento”.