Continúa la arribada de cetáceos muertos

El año pasado se confirmaron 669 varamientos

Un delfín varado en la playa grovense de Area da Cruz.

Un delfín varado en la playa grovense de Area da Cruz. / M. Méndez

Manuel Méndez

Manuel Méndez

Delfines comunes, esqueletos de ballenas, aves tan castigadas por la influenza aviar como el alcatraz atlántico, gaviotas y mucha basura. Son algunos de los restos que el Atlántico lleva días escupiendo sobre la costa gallega.

Tras los avistamientos del pasado fin de semana, con una veintena de delfines comunes muertos en la costa grovense, junto a otros localizados en diferentes puntos de las Rías Baixas, hay que sumar la aparición de más animales en la jornada de ayer, también en el municipio meco.

Y todo indica que el número seguirá creciendo, ya que el fuerte viento y el oleaje van en aumento y empujan a la costa los cadáveres que están en el mar.

Muchos de ellos serán estudiados por la Red de Varamientos de Galicia, gestionada por la Coordinadora para el Estudio de los Mamíferos Marinos (Cemma).

Un triste registro

Una herramienta que el año pasado permitió documentar en toda la comunidad 669 varamientos, siendo este el mayor registro anual de las tres últimas décadas.

Los cetáceos representan el mayor porcentaje de varamientos. Fueron un total de 592, entre ellos 433 delfines comunes, 42 delfines mulares o arroaces, 14 marsopas y una docena de ballenas, entre ellas seis rorcuales aliblancos, tres comunes y una ballena jorobaba o yubarta.

Aunque no en todos los casos se pueden determinar las causas de su muerte, en los cadáveres que estaban en condiciones para ser sometidos a necropsia pudo determinarse que el 42% habían perecido a causa de la captura accidental.

Además de los cetáceos, la Red de Varamientos de Galicia se encargó el año pasado de 25 tortugas de distintas especies –sobre todo de la Caretta caretta–, junto a una docena de pinnípedos, es decir mamíferos carnívoros como el lobo marino.

Más tortugas que nunca

En relación con ello, en la Cemma destacan que 2023 fue, después de 2003, el año con mayor número de tortugas varadas, diez de las cuales fueron derivadas para su recuperación a las piscinas del Instituto Galego de Formación en Acuicultura (Igafa) de A Illa de Arousa.

Por cierto, que tres de los ejemplares recuperados y posteriormente liberados fueron dotados de un sistema de marcaje y seguimiento vía satélite mediante el cual controlan sus movimientos para saber más sobre la vida de estos animales.

Todo esto sin olvidar el varamiento de treinta tiburones y una decena de nutrias.

Los 669 varamientos del pasado ejercicio están muy por encima de los más de 400 que se habían contabilizado en 2019, y que hasta ahora habían marcado la peor cifra de la serie histórica.

En verano

Otra conclusión ciertamente llamativa es que la mayor cantidad de varamientos no se registró en los meses de otoño e invierno, con picos en meses como enero, febrero y marzo, tal y como solía ser habitual, sino en julio y agosto.

El resumen de la campaña de la Red de Varamientos.

El resumen de la campaña de la Red de Varamientos. / Cemma

Para terminar, los responsables de la Red de Varamientos de Galicia explican que además de prestar atención a los animales que llegan a la costa gallega, también realizan importantes labores de divulgación, además de estudios poblacionales, salidas en barco, seguimiento desde cost y estudios de fotoidentificación.

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