Las aves del Ártico se hacen querer en las Rías Baixas

Frailecillo, falaropo y pardelas, protagonistas en la última expedición pelágica del "Chasula"

También se dejaron ver alcas, serretas y gaviotas tridáctilas y de Sabine

Un frailecillo fotografiado desde el "Chasula".

Un frailecillo fotografiado desde el "Chasula". / Xabier Vázquez Pumariño / Birding.gal / Chasula Birds

Manuel Méndez

Manuel Méndez

Salvo que en el caso poco probable de que en los últimos días de diciembre se registren unas condiciones meteorológicas excepcionales para esta época del año, que sirvan para animar a Isidro Mariño a zarpar de nuevo para avanzar hacia aguas exteriores, lejos de Sálvora, el barco escuela que patronea, el “Chasula”, ya no realizará más salidas esta temporada en busca de aves pelágicas.

Estas expediciones, que se adentran en el Atlántico unas nueve millas, tendrán que esperar a la próxima primavera. Eso sí, después de haber disfrutado de una última ruta que permitió despedir la campaña por todo lo alto, de forma “muy satisfactoria” para los ornitólogos y demás tripulantes enrolados a bordo.

Paso migratorio otoñal

Una ruta francamente llamativa en la que se observaron las últimas aves del paso migratorio otoñal, que las lleva desde las zonas de cría en el Norte de Europa hacia sus cuarteles de invierno en el sur de España y África.

Un alcatraz visto desde el "Chasula".

Un alcatraz visto desde el "Chasula". / Xabier Vázquez Pumariño / Birding.gal / Chasula Birds

Completando ese recorrido de miles de kilómetros fueron vistas, por ejemplo, cuatro gaviotas de Sabine, una pardela capirotada, una treintena de alcas comunes y ocho araos.

Incluso un ejemplar del llamativo frailecillo, “una de las aves marinas más habituales de cuantas frecuentan los fríos mares del Norte de Europa”, especialmente en el caso de Escandinavia, Islandia, Gran Bretaña y el Norte de Francia, que constituye el límite meridional de su área de distribución estival.

También una de las aves “más fácilmente reconocibles, gracias a su llamativo pico de forma triangular, comprimido lateralmente y dotado de una vistosa coloración”, detalla la Sociedad Española de Ornitología (SEO).

Un ave, dicho sea de paso, “poco común en las proximidades de las costas españolas, donde se presenta en bajo número durante el paso y la invernada”, de ahí que su localización en la costa gallega sea siempre motivo de alegría para los tripulantes del “Chasula”.

El picado de un alcatraz en plena cacería.

El picado de un alcatraz en plena cacería. / Xabier Vázquez Pumariño / Birding.gal / Chasula Birds

Entre ellos, Xabier Vázquez Pumariño, un conocido conservacionista y representante de Birding.Gal que suele viajar a bordo de este pesquero rehabilitado y acondicionado como escuela flotante y no quiso perderse esa última expedición pelágica del año, también caracterizada por el avistamiento de un falaropo pico grueso, un ave propia de las costas del Ártico, donde se reproduce.

Groenlandia

Presente en las costas de Norteamérica, Groenlandia y Asia, inverna en mar abierto, muy al sur de sus zonas de cría. “Unos pocos ejemplares se citan anualmente para la invernada en las costas cántabro-atlánticas y en el área del Estrecho de Gibraltar”, detalla SEO.

También importante resultó la localización de una serreta mediana, que como explica la entidad conservacionista, “cría en el norte de Europa, de Asia y de América, así como en Groenlandia y en algunos puntos de Asia central”.

Parece que “puede llegar a desplazarse hasta el norte de África, Japón, China, California y el golfo de México”, dejándose ver, en lo que a España se refiere, en “zonas costeras atlánticas y cantábricas, como las Rías Baixas, la ría de Villaviciosa olas marismas de Santoña, del Odiel y del delta del Ebro”, sostienen en SEO.

Tridáctilas

Junto a estos llamativos avistamientos pueden citarse los de “otras especies poco habituales en la zona, como las gaviotas tridáctilas”, identificándose tres ejemplares.

Se trata de un ave poco frecuente en España y que solo se reproduce en el enclave costero gallego de las islas Sisargas.

Esta gaviota, “de tamaño más bien pequeño y hábitos muy pelágicos”, se distribuye “por las costas templadas, boreales y subárticas del hemisferio norte, pero solo se ve en las costas durante el periodo reproductor”, explican en SEO/BirdLife.

Donde también aclaran que en invierno y durante pasos migratorios como el actual, “las costas españolas reciben grandes cantidades de gaviotas tridáctilas proveniente del Norte de Europa, distribuidas, preferentemente, por los litorales atlántico y cantábrico”.

A estas especies hay que sumar otras muchas. Aunque destaca el diezmado alcatraz atlántico (Morus bassanus), esta vez con 88 ejemplares localizados.

Es un ave venida a menos frente a las Rías Baixas, toda vez que la Influenza Aviar de Alta Patogenicidad (IAAP) ha hecho estragos en las poblaciones norteñas de esta especie, como también en las de págalo grande (Stercorarius skua).

Ya se había explicado, con motivo de expediciones anteriores del “Chasula”, que dicha enfermedad provoca “edemas de córnea” a los alcatraces, siendo ésta la fase anterior a la queratitis que acaba provocándoles ceguera y se ha diagnosticado como un claro síntoma de la gripe aviar.

Otras aves

Pero volviendo a las especies vistas desde el “Chasula” en su última expedición pelágica, no hay que olvidarse del ostrero euroasiático, con 55 ejemplares contabilizados, chorlito gris (69), vuelvepiedras común (4), correlimos gordo (3), págalo grande (6), alca común (36) y gaviotas como la reidora (5), cabecinegra (3), argéntea (1), sombría (579) y patiamarilla (1.392).

A mayores, el gavión atlántico (18), charrán patinegro (11), paíño europeo (5), una pardela capirotada, cinco pichonetas y una balear, para completar la relación con el cormorán grande (245), el moñudo (169), una garceta común y un cernícalo vulgar.

Delfines

Eso en cuanto a las aves, ya que el viaje del “Chasula” para despedir la temporada pelágica estuvo acompañado de unos setenta delfines, entre comunes y mulares (arroaces).

En definitiva, que es última salida del año a la plataforma continental fue “una gran despedida para un gran año”, según apuntan los encargados del proyecto de divulgación y turismo científico que es el Chasula Birds, con el que es posible desarrollar todo tipo de actividades a bordo, incluidos los viajes de ocio y los estudios científicos de aves y mamíferos marinos.

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