La “T” que Meaño incluye en una agresiva campaña contra el cáncer

Bajo del título “Respirando saúde”, el jefe del servicio de Neumología del hospital vigués Álvaro Cunqueiro, Alberto Fernández Villar, ofrecía en Dena una charla-coloquio sobre enfermedades respiratorias. Fue invitado por la asociación de vecinos Santa Lucía y en colaboración con la Asociación Española Contra el Cáncer, que estuvo representada en el acto por de su coordinador territorial Telmo Crespo para concienciar sobre la prevención del cáncer de pulmón. 

La asociación contra el cáncer, explicaba su coordinador en la presentación del neumólogo Alberto Fernández, registra actualmente más de 10.000 intervenciones en la provincia, por lo que alentaba a los vecinos a sumarse al colectivo aún con una simbólica cuota de un euro al año, pero que es de gran ayuda en este tipo de compromisos.

De partida, el médico marinense puso sobre la mesa datos sobre la situación preocupante del momento: en España 2,5 millones de asmáticos; 3 millones que sufren EPOC (de la cuales 3 de cada 4 personas desconocen padecerla); 30.000 cánceres de pulmón, de los que en el área sanitaria Vigo se diagnostican entre 250 y 300 al año y, de ellos, 3 de cada 4 se detectan en fase avanzada de la enfermedad. Y, añade, la apnea de sueño, razón por la que su área de Vigo suma 10.000 personas con sueño monitorizado por esta dolencia.

El 17% de los gallegos fuma

El tabaco, como principal agente causante del cáncer de pulmón, lo califica Alberto Fernández como “el gran asesino”, ilustrando su denominación con datos: en cada calada se respiran 600 sustancias nocivas, de ellas 70 cancerígenas, lo que provoca 60.000 muertes de forma directa al año en España. Mientras, en Galicia, apuntaba, fuma el 17 por ciento de la población y, más preocupante aún, es que lo hace el 20 por ciento de los jóvenes de 15 y 16 años. Un tabaco que, amén del de pulmón, está detrás de otros cánceres, de ellos está detrás del 99 por ciento de los casos de cáncer de vejiga.

“El cáncer de pulmón -apuntaba- se ha feminizado en los últimos años, lo mismo que la EPOC, enfermedad esta a la que las mujeres llegan siete u ocho años antes que los hombres, porque, al igual que con el alcohol, la constitución corporal influye en que las mujeres la sufran antes”.

Ante tal situación, Fernández Villar criticaba una ley antitabaco que, hasta ahora, se había quedado tibia, por lo que demanda de las autoridades sanitarias una ley más acorde a su misión, y que fuera más allá de lo que había hecho antes ahora: “Que la ley no permita fumar en las terrazas, ni en los espacios públicos, ni en los coches, donde se hace normal ver a un padre o una madre fumando y con el niño en el asiento de atrás… Es una situación inaudita”.

Imágenes duras

El neumólogo demandaba además que las autoridades empezasen en divulgar a través de los medios de comunicación una campaña contundente contra el tabaco: “Debíamos pedirle a la DGT -sugería a modo de símil- que nos hiciera una campaña como las suyas, con espots que muestren de forma igual de explícita las consecuencias, campañas que surtieron efecto e hicieron bajar el número de accidentes de tráfico: precisamente necesitamos ahora de una campaña similar en que se incluya una T de tabaquismo”.

Combatir la obesidad

Fernández Villar incidió también en otros tres factores relacionados con las enfermedades respiratorias: la obesidad, el radón y la contaminación del aire. Sus recomendaciones, “mas zapato y menos plato” en relación al peso, por cuanto Galicia “es uno de los lugares de España con más obesidad”; que todos los vecinos contraten los servicios de una empresa para realizar medidas de radón en sus viviendas, y actuar en consecuencia si los resultados están por encima de los 250 bequerelios; y acostumbrarse a consultar en Meteogalicia el epígrafe calidad del aire, “que solemos pasarlo por alto, y que nos permite, en situación adversa por contaminación, el evitar ir al centro de la urbe, y para ir a caminar evitar hacerlo a menos de 50 metros de carreteras de mucho tráfico, máxime en paciente crónicos o con enfermedades respiratorias, lamentado que “los caminos para andar se estén convirtiendo en viales anchos para circular a más velocidad y, a la postre, contaminar más y empeorar el aire inmediato”.

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