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¿Qué municipios enviarán sus biorresiduos a la planta de Sogama en Baión?

Sogama pone en marcha unas obras que espera tener finalizadas antes del último trimestre de 2023, tal y como reclama la Unión Europea | La nave de Vilanova convertirá 22.000 toneladas de orgánicos en fertilizante

Javier Tourís, Javier Domínguez y Gonzalo Durán ante una excavadora trabajando en los terrenos que ocupará Sogama en Baión. Iñaki Abella

La Sociedade Galega para o Medio Ambiente (Sogama) ha puesto en marcha la maquinaria para la construcción de la planta de biorresiduos en el polígono de Baión, en Vilanova de Arousa, una planta que dará servicio a 26 municipios de las comarcas de O Salnés, Pontevedra y Baixo Ulla, entre los que se encuentran el municipio capitalino, Caldas de Reis o Vilagarcía de Arousa.

El presidente de Sogama, Javier Domínguez, visitó ayer las obras de construcción de la planta en compañía del alcalde de Vilanova, Gonzalo Durán, asegurando que las obras estarán finalizadas en el último trimestre del próximo año, a tiempo para cumplir la normativa sobre el tratamiento de los biorresiduos que ha fijado la Unión Europea y que será de obligado cumplimiento a partir del 31 de diciembre de 2023.

La planta vilanovesa integrará las distintas fases del proceso de compostaje de los residuos orgánicos recibidos en la misma, desde el pretratamiento y la fermentación, hasta la maduración y el almacenamiento, así como los correspondientes tratamientos de aire y de aguas, haciendo uso en todo momento de las últimas tecnologías disponibles, tanto de procesado como de control de olores y ruidos. En principio, desde Sogama se asegura que la planta no va a desprender olores ni ruidos ya que contará con un espacio en el que se evitarán esos problemas.

La planta tendrá ocho trabajadores directos y una veintena indirectos, a los que se suman los que contratarán los concellos para la recogida del contenedor marrón

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La planta, cuando se encuentre funcionando a pleno rendimiento, tendrá un total de ocho trabajadores directos y una veintena indirectos, a los que habría que sumar todas las contrataciones que van a tener que hacer los Concellos para gestionar la recogida del contenedor marrón, un contenedor que ya muchos municipios han instalado en sus calles, como es el caso de Vilanova, pero que todavía tienen que enviar a Cerceda junto a los contenedores verdes.

La instalación ocupará una superficie de 20.000 metros cuadrados, por las que Sogama ha abonado 1,5 millones de euros. El ente tendrá capacidad para gestionar 15.000 toneladas anuales de materia orgánica contenida en los residuos municipales y otras 7.000 de material estructurante, podas y restos de madera, lo que le permitirá producir cerca de 6.000 toneladas al año de fertilizante, cuyo destino será el sector de la agricultura y la jardinería, sustituyendo a los fertilizantes artificiales. Es más, los concellos también podrán recibir un porcentaje gratuito para el cuidado de sus parques y jardines.

La planta de biorresiduos de Vilanova, junto con la de Cervo, en Lugo (que estará lista el próximo mes de diciembre), la de Verín (cuyas obras comenzaron hace un mes) y la de Cerceda (en funcionamiento), contarán con el apoyo de 14 plantas de transferencia, seis de las cuales serán de nueva construcción y otras ocho de adaptación. Todas ellas dispondrán de un punto de trasvase para la materia orgánica. Serán, en total, 18 instalaciones con las que se dará cobertura a la mayor parte de los municipios adheridos a Sogama, propiciando que cuenten con una planta de biorresiduos o de transferencia a menos de 50 kilómetros de distancia. El presidente de Sogama incluye entre esos municipios a Pontevedra que, en su día, barajó la construcción de una planta propia de biorresiduos, y excluye a la comarca del Deza, en la que se va a construir una tolva específica en Silleda antes de ser trasladada a Cerceda.

Sogama contará con 18 plantas de transferencia distribuidas por toda Galicia y que prestarán servicio amunicipios situados a menos de 50 kilómetros de distancia

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Javier Domínguez explicó que “pese a la grave crisis de materiales que está sufriendo Europa debido al actual contexto geopolítico y el desorbitado precio de los suministros y servicios, nuestra intención es sacar adelante esta planta, que marcará un antes y un después en la gestión de los residuos municipales en la provincia, al incrementar la partida al reciclaje por parte de los pontevedreses”. A eso añade que Sogama pondrá a disposición “toda nuestra ingeniería, medios, capital humano y esfuerzo para que la red de infraestructuras para que la valorización de la materia orgánica esté a disposición de los concellos en tiempo y forma”. La obra de la planta será financiada con los FEDER habilitados por la Unión Europea para hacer frente a los efectos de la pandemia de COVID-19.

Domínguez también reconoce que la implantación de la planta en Vilanova va a suponer un importante “impulso” para las comunidades de montes a la hora de mantener limpias sus parcelas. No en vano, la fábrica va a necesitar 7.000 toneladas de estructurante anuales, por lo que se recurrirá a ellas para su adquisición “y mantendremos gran parte de la masa forestal de la comarca totalmente limpia, lo que ayudará a reducir el número de incendios”.

Contenedor marrón para municipios de más de 5.000 habitantes


El alcalde de Vilanova, Gonzalo Durán, valoró de forma muy positiva la instalación de la planta de biorresiduos en el parque empresarial de Baión, una nave que “va a conseguir dinamizar esta infraestructura”. El regidor señaló que los residuos que se destinarán a la planta serán los que se depositan en el contenedor marrón, cargando contra el Estado por “obligar a los municipios de más de 5.000 habitantes a instalarlos en las calles ya, pero sin crear un lugar para su depósito, que es lo que trata la Xunta ahora de solventar”. Así, mientras no esté la planta lista “no nos queda otra que remitir lo que se recoge en los contenedores marrones a la planta de Sogama, con los residuos que se depositan en los verdes” El contrato de la basura que firmó la Mancomunidade para el municipio de Vilanova ya contemplaba la instalación de los contenedores marrones, una instalación que se está realizando “de manera escalonada, analizando donde se utiliza más o menos; nuestra intención es ir colocándolos en función de la demanda, no instalar 500 por todo el pueblo para que una gran mayoría estén sin utilizar”. Por cada tonelada que remitan a Baión, los concellos pagarán 48,30 euros en 2023, por cada una de las que vayan a Cerceda, abonarán 66 euros.

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