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Las algas putrefactas de A Compostela son retiradas tras las protestas de los vecinos

El pésimo olor y la acumulación de insectos impedía hasta abrir las ventanas de las casas

Las mariscadoras participaron en la retirada. | // FARO

Los vecinos de las viviendas próximas a la playa de Compostela ya respiran aliviados. La retirada de la montaña de algas acumulada durante las últimas semanas en las inmediaciones de la zona más próxima a Carril ha supuesto, palabras textuales, “el poder volver a abrir la ventana de casa después de pasar varios días en condiciones insalubres”.

Las altas temperaturas, como es costumbre, hacen proliferar el manto verde en los bancos marisqueros, por lo que a lo largo de los últimos días fueron muchos los kilos de algas que se fueron retirando y acumulando en la zonas más próximas a los edificios y viviendas colindantes en la playa de Compostela.

La pala municipal portó los desperdicios a un contenedor. | // FARO

El verde manto se retira habitualmente por personal municipal que lo arroja a un contenedor de gran capacidad. Pero esta maniobra no se llevó a cabo esta vez, lo que provocó la podredumbre de las algas acumuladas dando lugar a un foco de mal olor, infección e insectos que provocaba las quejas reiteradas de los vecinos del lugar.

Olor nauseabundo

Señalan algunos de los residentes de la zona de la Compostela que “llevábamos muchos días en los que no se podía abrir la ventana porque el olor era nauseabundo. No hacían más que entrar moscas en las casas y estuvimos llamando a Policía Local y a la Concejalía de Medio Ambiente sin obtener ningún tipo de respuesta”.

Fue ayer, durante la jornada matinal de las mariscadoras, cuando varios vecinos insistieron en la necesidad de proceder a la limpieza de la montaña de algas con repetidas llamadas a Policía Local advirtiendo de que acudirían a los medios de comunicación para denunciar la situación. Tal fue la insistencia en la protesta que una pala excavadora se presentó en el lugar para depositar todo el desperdicio marino en un contenedor que en la tarde de ayer todavía no había sido vaciado.

La zona tras la retirada de las algas. FDV

Fueron las propias mariscadoras las que colaboraron en la retirada de las algas. Para ello tuvieron que equiparse con mascarilla para poder sobrellevar el infesto olor de las que allí llevaban más tiempo. La operación se completó cubriendo la zona con arena seca para evitar que allí se siguiesen concentrando insectos de todo tipo.

La problemática en cuanto a la retirada y tratamiento de esta situación se mantiene en el tiempo porque no es la primera vez que los vecinos denuncian los problemas causados. Apuntaban ayer que “es una cuestión de respeto y responsabilidad. Por supuesto que las mariscadoras tienen que hacer su trabajo, pero nosotros también tenemos derecho a vivir sin estos problemas”, señalaba una vecina.

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