Aunque algunos ya lo hacían desde hace días, los grovenses ya disfrutan de la remozada carretera paralela al paseo marítimo de Lordelo, Terra de Porto y Rons, que fue una auténtica revolución cuando se hizo realidad, hace ya dos décadas, y que volvió a serlo en 2019, cuando el gobierno de José Cacabelos decidió cambiar su sentido de circulación para posibilitar que los vecinos pudieran circular desde la zona de Carretera do Conde y Meloxo hacia la zona portuaria de O Corgo.
Ahora esta vía se presenta tras haber sido sometida a una nueva transformación, esta vez para llevar a cabo un plan de reasfaltado que los vecinos llevaban mucho tiempo reclamando.
Un proyecto en el que se incluyó la instalación de badenes que, a modo de reductores de velocidad adaptados como pasos de peatones, aumentan considerablemente la seguridad en esta carretera.
La misma que, cabe recordar, llegó a ser escenario de un aparatoso accidente de circulación en el año 2016, cuando un turismo invadió la acera y atropelló a tres personas en la terraza de una conocida taberna.
Ahora los badenes instalados y el hecho de limitar la velocidad a 20 kilómetros por hora contribuye a evitar ese tipo de riesgos, aunque algunos vecinos critiquen la obra por la instalación de pasos de peatones a la altura del carril bici.
Un asunto del que ya se habló largo y tendido en las últimas semanas y que volverá a salir a relucir hoy, cuando está previsto que el alcalde se reúna con los vecinos en la sede del club de remo Mecos –en Rons– para explicarles el ambicioso proyecto de humanización de la calle Alexandre Bóveda, precisamente, en el entorno de Terra de Porto.
