En tiempos de calor y vacaciones, esos en los que los muchos clubes se toman un tiempo de respiro y las instalaciones se vacían en favor de lugares más frescos, el complejo deportivo de Fontecarmoa se ha convertido en una universidad de valores gracias a iniciativas como los campus Pablo Coira y EncestaRías.
Fútbol y baloncesto se han convertido a lo largo de los últimos siete días en portavoces de todos los beneficios que tiene para la formación vital el esfuerzo, la ilusión y la convivencia. Cerca de 150 menores, entre ambas actividades, llenaron de energía los campos de fútbol y los pabellones de Fontecarmoa con una mezcla de disciplina, perfeccionamiento y diversión y de enorme intensidad para entrenadores y campers. Todos ellos debidamente uniformados para la ocasión dentro de una atmósfera de días especiales en los que la convivencia y la amistad ayudaron a hidratar días de altas temperaturas.
En su décima edición, el campus Pablo Coira celebró su primera semana con más de 80 jóvenes solo en horario de mañana. Con 18 entrenadores pendientes de cada uno de sus gestos sobre el terreno de juego, el resto se hizo más sencillo gracias a la ilusión que ya les venía a todos de serie.
Con el balón como elemento innegociable, cada día se fueron sumando detalles con la presencia de todo un campeón del mundo juvenil como el exfutbolista vilagarciano al frente de las operaciones. Precisamente, mañana lunes tocará empezar una segunda semana en la que también se podrá disfrutar de una edición extendida con actividades también por la tarde tras la reparadora comida.
En los pabellones de Fontecarmoa y en las instalaciones del IES Fermín Bouza Brey y del colegio O Piñeiriño fue el baloncesto el que campó a sus anchas. Una cuarta edición del Campus EncestaRías que confirmó la tendencia al alza de una iniciativa que añadió la experiencia de convivir con una delegación de jóvenes ucranianos a los que les une su pasión por el deporte y por el derecho a ser felices.
