La juez de Cambados que instruye la “Kerumán-Samario” ordenó a media tarde de ayer el ingreso en prisión de nueve de los detenidos en la operación, estallada formalmente a finales de la semana pasada. Tres de ellos, de todos modos, podrán eludir la cárcel en cuanto abonen una fianza, comprendida entre los 8.000 y los 20.000 euros.
La redada se dirige contra una presunta organización dedicada a la fabricación de lanchas rápidas ilegales con las que alijar cargamentos de hachís entre Marruecos y el Sur de España. Tras año y medio de investigación del EDOA de la Guardia Civil y de la Udyco de Pontevedra, la primera detención se produjo el sábado de la pasada semana, cuando fue arrestado Francisco Javier Otero Magdalena, grovense de 52 años al que se atribuye el liderazgo de la banda.
Las demás detenciones se practicaron entre el martes y el miércoles pasados, hasta un total de 19, según el cómputo facilitado por fuentes oficiales. Durante la jornada de ayer pasaron a disposición judicial 16 de estos arrestados, pues los tres restantes son Otero Magdalena y otras dos personas, que quedaron en libertad en sede policial. De esos 16 investigados, la juez que coordina la investigación decretó la prisión provisional, comunicada y sin fianza para cinco de ellos.
Para otros tres, ordenó también su ingreso en la cárcel de A Lama, si bien podrán recobrar la libertad si pagan una fianza, que ha sido fijada en 20.000 euros para uno de ellos, en 10.000 para otro, y en 8.000 euros para el tercero. Los ocho restantes fueron puestos en libertad.
Fuentes consultadas manifiestan que los investigadores atribuyen a algunos de los imputados que ingresaron en prisión el liderazgo de la banda, y la iniciativa para la construcción de las “narcolanchas”, mientras que los otros serían trabajadores del sector naval que presuntamente tuvieron un papel destacado en la construcción de las naves. A todos ellos se les imputan delitos de contrabando (por la presunta fabricación de las planeadoras), pertenencia a organización criminal, y contra la salud pública por el tráfico de sustancias que no causan grave daño a la salud. En este sentido, los investigadores localizaron recientemente flotando en el sur de España un alijo de hachís, y lo vinculan con esta organización.
La “Kerumán-Samario” se salda así con la detención de 19 personas, la intervención de 19 embarcaciones, 15 de las cuales se encontraban en Portugal y las cuatro restantes en Galicia. Los agentes también requisaron algo más de 70.000 euros en metálico, ordenadores, teléfonos móviles y documentación que ahora será necesario examinar.
Se llevaron a cabo una decena de entradas de registro, en poblaciones como Vilanova, Cambados, O Grove, A Illa, Ponteareas, Moaña, Caldas, Barro o A Lama, así como en el distrito portugués de Braga, donde uno de los investigados tenía una empresa dedicada precisamente a la fabricación de embarcaciones. Hay que tener en cuenta que en Portugal todavía no es ilegal la construcción de lanchas como las empleadas para el tráfico de drogas en España, y que esa es precisamente una de las razones por las que los narcotraficantes gallegos están acudiendo al país vecino para montar o esconder sus embarcaciones.
Esta ha sido la segunda gran redada desarrollada en Galicia en lo que va de marzo. Ambas tuvieron su epicentro en la comarca de O Salnés, ambas se coordinaron desde los Juzgados de Cambados y ambas fueron contra la construcción de supuestas “narcolanchas”.
Queda en libertad el dueño del astillero de Moaña
El propietario del astillero A Xunqueira, de Moaña, ha quedado libre tras declarar en el Juzgado de Cambados. El empresario, de 78 años, fue arrestado por el extraño incendio que se declaró en enero pasado en una planeadora que apareció frente a las naves de A Xunqueira. Esto hizo suponer a los investigadores que podría existir algún tipo de complicidad entre los tripulantes de la lancha quemada y el dueño del astillero.
No obstante, se ha planteado que la presunta “narcolancha” que ardió pudo llegar hasta las inmediaciones del astillero por mar, sin conocimiento alguno por parte de la empresa, y que los tripulantes pudieron elegir ese sitio al azar para abandonar la embarcación y escapar. Manuel Parcero, de 78 años, es una persona muy conocida en la comarca de O Morrazo, y llegó a presidir el club de remo de su parroquia. Su defensa jurídica planteó en todo momento que el empresario estaba muy tranquilo al no tener vinculación alguna con esta supuesta actividad delictiva.
