Trece detenidos en la provincia de Pontevedra y varios más en Portugal, y cuatro “narcolanchas” intervenidas. Este es el balance provisional de la “Kerumán-Samario”, la operación contra el narcotráfico que estalló ayer en varias poblaciones de las Rías Baixas y el norte portugués. Como sucedió con la redada de hace apenas un par de semanas, esta última pretendía cortar el cordón umbilical que une a los traficantes gallegos con los clanes que operan entre Marruecos y el Sur de España.
La operación fue desarrollada por el EDOA de la Guardia Civil y la Udyco de la Policía Nacional. Su objetivo es desmantelar una presunta organización que se dedica tanto a la construcción de planeadoras como al tráfico de hachís entre Marruecos y la península Ibérica. La primera detención ya se produjo el sábado pasado en Algeciras, y la juez de Cambados que coordina la investigación ordenó a media tarde de ayer el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza del arrestado. Este no es otro que el presunto líder de la organización, Francisco Javier Otero Magdalena, un veterano piloto de planeadoras, nacido en O Grove hace 52 años y curtido en mil batallas.
En enero de 2021 guiaba una lancha cargada de bidones de combustible frente a la costa de Málaga, con otros tres hombres a bordo. Cuando Vigilancia Aduanera le dio el alto, el arousano emprendió la huida. Un golpe de mar frenó en seco su planeadora y la de Aduanas le embistió por atrás. El accidente le costó la vida a uno de los tripulantes de la supuesta “narcolancha”, un vecino de La Línea de la Concepción de 38 años.
Otero Magdalena, siempre en el Sur
Francisco Javier Otero Magdalena es uno de esos narcos gallegos que buscaron su ecosistema en el Sur. Miembro del clan de los “Rubios de San Vicente”, en 1994 ya lo vincularon con un cargamento de 500 kilos de hachís localizado en Marbella. Años después, en 2007, volvió a ser detenido cuando pilotaba una planeadora que había salido de Marruecos y que se dirigía a las Islas Baleares, con 4.500 kilos de hachís a bordo. El asunto se eternizó en los Juzgados, y en 2015 la Audiencia de Pontevedra le condenó a tres años y nueve meses de prisión y al pago de una multa de 11,5 millones de euros.
Sin embargo, Otero Magdalena prefirió escapar antes de entrar en la cárcel. Permaneció cerca de tres años en paradero desconocido, y en mayo de 2018 la Guardia Civil de O Grove le detuvo en casa de su exmujer, en su municipio natal. Ahora sí, ingresó en prisión. Pero todo apunta a que en cuanto recobró la libertad ha vuelto a la actividad que mejor conoce. El fin de semana, de hecho, le apresaron en Algeciras (Cádiz).
De todos modos, Otero Magdalena es especialmente conocido por la anécdota de su huida de la Guardia Civil y su entrada en aguas territoriales de Gibraltar. La travesura le costó a España una buena reganiña diplomática. Al piloto de O Grove, una multa de 5.000 euros.
Ese episodio es precisamente uno de los puntos de partida de la operación estallada a primera hora de la mañana de ayer en la provincia de Pontevedra y Portugal. El misterioso incendio de una planeadora, ocurrido a mediados de enero pasado cuando estaba fondeada frente a un astillero de Moaña, fue otro capítulo relevante de la presente investigación.
Balance provisional
Además de las cuatro embarcaciones rápidas, los agentes hallaron en los registros realizados ayer dinero en metálico, coches y moldes para la fabricación de más lanchas. En la provincia de Pontevedra han sido detenidas trece personas, según fuentes oficiales, si bien la cifra total de arrestados en el conjunto del operativo podría rondar la veintena. Las intervenciones policiales se han producido en ocho viviendas y tres naves industriales repartidas por los municipios de Cambados, Vilanova, A Illa, O Grove, Ponteareas, Barro, A Lama, Caldas de Reis y Moaña. También se han llevado a cabo tres entradas en el norte de Portugal, a cargo de la Policia Judiciária lusa.
La operación está siendo coordinada por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Cambados. Los investigadores atribuyen a los miembros de la presunta organización un delito de contrabando por la fabricación de las lanchas; otro contra la salud pública, pues estarían relacionados (al menos, algunos de ellos), con un alijo de dos toneladas de hachís en el sur; y un tercero de pertenencia a organización criminal.
Está previsto que los detenidos pasen a disposición judicial en Cambados entre el jueves y el viernes de esta semana. De todos modos, a las cinco de la tarde de ayer martes ha pasado a disposición judicial ya un arrestado, precisamente de Otero Magdalena, que fue arrestado el sábado, y que permaneció desde entonces incomunicada en dependencias policiales para que no pudiese alertar a los demás integrantes de la red.
Tuvo que declarar ante la juez antes que los demás puesto que vencía el plazo de la detención incomunicada. A última hora de la tarde, ingresó en prisión.
Dos viejos conocidos
La comarca de O Salnés amaneció ayer con un importante despliegue de la Policía Nacional y de la Guardia Civil. A Illa fue una de las paradas de los investigadores, y allí entraron en casa de José Antonio F.O., un isleño ya conocido por las fuerzas de seguridad y que en 2009 iba con Otero Magdalena en una planeadora que se internó en aguas de Gibraltar escapando de una patrullera de la Guardia Civil. El episodio originó un feo roce diplomático entre las autoridades del Peñón y las españolas.
Otra de las paradas del dispositivo fue el polígono industrial de Tremoedo, en Vilanova, donde hay una nave en la que podrían estar fabricándose lanchas para el alijo de cargamentos de hachís. Fuera de O Salnés, eran las ocho de la mañana cuando los guardias accedieron a un astillero de Moaña y tomaron declaración a las personas que estaban en enero pasado, cuando se incendió una planeadora frente a las instalaciones de la empresa.
La operación sigue abierta, y las entradas de registro podrían prolongarse aún durante la jornada de hoy miércoles.
Este es el segundo operativo conjunto a gran escala contra el tráfico de drogas que se produce en O Salnés durante el mes de marzo, tras la redada contra una presunta organización dedicada a la fabricación de lanchas rápidas para el alijo de la droga. En aquella ocasión resultaron detenidas 22 personas, de las cuales ocho ingresaron en prisión. Tanto la subdelegada del Gobierno, Maica Larriba, que ayer estuvo en Vilanova en una visita institucional, como el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia aclararon que ambas operaciones son independientes.
En este último dispositivo participan unidades de la Udyco de la Comisaría de la Policía Nacional en Pontevedra y del Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) de la Comandancia de la Guardia Civil en Pontevedra. Se han movilizado en total a un centenar de agentes, debido al elevado volumen de entradas de registro que se han solicitado.
El astillero de Moaña frente al que ardió una “narcolancha” en enero, en el punto de mira
Tres meses después del incendio de la narcolancha frente al astillero Instalaciones Navales A Xunqueira, las brigadas de lucha contra el narcotráfico regresaron a la empresa, situada en la parroquia de Meira, en Moaña, en esta ocasión con un amplio despliegue de agentes, a primera hora de la mañana, para realizar un registro de las instalaciones, en cuya explanada siguen los restos de la planeadora que nunca se llevó la Guardia Civil, e interrogar a todas las personas que habían participado en la extinción del incendio de esta lancha, de unos 20 metros de eslora y que iba equipada con tres motores fuera borda y una veintena de garrafas de gasolina para acudir con toda probabilidad al desembarco de un alijo de droga en alta mar.
Nadie en Moaña daba crédito ayer a que tres meses después se realizara un registro de tal calibre que pudiera arrojar pruebas, y que abarcó hasta los alrededores de la industria, junto al mar, en donde es vox populi que las narcolanchas arriban al litoral de O Morrazo, sin que al cierre de esta edición haya trascendido que se realizaran detenciones. De hecho, desde que ocurrió el incendio de la narcolancha, frente al astillero, en la madrugada del domingo16 de enero, agentes del Equipo de Delincuencia organizada y Antidroga (EDOA) de la Guardia Civil, acudieron en algunas ocasiones -con más frecuencia al principio- para recoger posibles pruebas en la embarcación, sin que tampoco hubieran trascendido detenciones en relación con ella.
Fuentes cercanas al astillero aseguran que el registro se realizó a primera hora de la mañana, que fue rápido y bajo total secretismo. Además de a los obreros, los a gentes llamaron al dueño del astillero y voluntarios que habían ayudado en las labores de extinción en aquella madrugada. También volvieron a recorrer la embarcación que se incendió en el mar, junto al muelle del astillero, en un fuego que siempre se sospechó que fue accidental por un despiste de su tripulación y que, en seguida envolvió a la lancha en llamas debido al combustible. Sólo se salvó el casco de tres capas, por debajo de la línea de flotación.
No fue el único caso de una narcolancha en O Morrazo. Un mes después y también en sábado- en concreto el 12 de febrero, fueron detenidas dos personas que intentaban descargar una de estas embarcaciones con 165 garrafas de combustible de 25 litros de capacidad cada una y tres motores de 300 Cv, desde el interior de un tráiler, en el muelle de San Adrián de Cobres, en Vilaboa. pero la planeadora quedó atrancada cuando querían botarla al mar y los golpes alertaron a vecinos que dieron aviso a la Guardia Civil. Los dos detenidos, un vecino de Torrelavega (Cantabria) y otro de Monforte (Lugo) pilotaban el camión. Siguen en prisión.