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“La Banda de Meaño tiene una sonoridad y profesionalidad impropias en músicos jóvenes”

Juan José Ocón dirigió la agrupación este fin de semana | La actividad se desarrolló durante dos horas en Vionta

Un momento del ensayo dirigido por José Manuel Ocón en Meaño FDV

El director vasco Juan José Ocón trabajó este fin de semana, como director invitado, con la Banda Unión Musical de Meaño. Este prestigioso director en el mundo bandístico y orquestal, aprovechaba así su presencia en Galicia estos días, por cuanto había venido a trabajar durante la semana con la Banda de Música de Santiago, labor que culminaba este domingo con la dirección de la formación en un concierto público.

Nacido en San Sebastián, Juan José Ocón es director artístico titular de la Joven Orquesta de Euskal Herria-Euskal Herriko Gazte Orkestra, labor que combinaba hace un año con la dirección de la Banda Municipal de A Coruña. A lo largo de su trayectoria, tiene el haber de participar en orquestas como la Filarmónica de Moravia, la Nacional de Letonia, la Filarmónica de Radio Brastislava, o las Sinfónicas de Euskadi, Bilbao, Galicia, Las Palmas y la Filarmónica de Gran Canarias, entre otras.

La invitación para dirigir este fin de semana en Meaño le llegaba de manos del propio director de la BUMM, Diego Javier Lorente y de Ramón Portas, clarinetista y trombonista respectivamente de la banda de Santiago. Un nicho meañés en esa formación al que se suma el director David Fiuza, que había dirigido la BUMM entre 2007 y 2014.

Gratísima sorpresa

Durante dos horas Juan José Ocón dirigió a la BUMM al completo en el salón de bodegas Vionta en Simes, sala de la que hace uso provisional la formación. Juan José Ocón reconocía haber vivido una experiencia tan sorprendente como estimularte. “En el mundo bandístico -explicaba- había oído hablar mucho de la banda de Meaño, pero nunca la tuve ahí delante, y más en mis manos”. “Cuando Diego Javier Lorente inició con la banda un calentamiento de 3 o 4 minutos -agregaba-, al momento me di cuenta de la afinación y sonoridad, de la calidad que hay en la formación”.

Una vez al frente, trabajó parte del repertorio que la banda está preparando para el Festival de Bandas de finales de abril. “Eran obras de Schmidt y Maslanka -explica-, que son dos compositores muy exigentes, idóneas mismo para concursos, porque es donde un tribunal puede valorar el potencial de cada sección y de la banda en toda su amplitud”. “Cuando miraba desde el atril -agregaba- y veía cabezas, lo que realmente tenía delante era un banda con músicos muy jóvenes, pero que sonaban como auténticos profesionales, impropio a la edad de aquellos músicos”. “Me sorprendió -reconocía- la disciplina y el silencio con que escuchaban, e incluso vi como anotaban cada ejercicio que les proponía para atacarlo”, explicó sorprendido.

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