El episodio tóxico primaveral que amenazaba con expandirse por las diferentes rías gallegas y provocar el cierre generalizado de bateas y bancos marisqueros, no solo se ha detenido, sino que ha empezado a remitir.
Las condiciones meteorológicas actuales, con un clima anticiclónico y vientos del norte, evita la llegada de células tóxicas e incluso expulsa o limita las que ya habían hecho acto de presencia, lo cual permite reabrir parques de cultivo que habían sido cerrados, como los de Bueu.
Lo cierto es que el fitoplancton portador de biotoxinas marinas que había empezado a adentrarse en las rías a causa del afloramiento costero dejaba entrever claramente la llegada de ese episodio natural que cada primavera provoca cierres masivos.
Así lo comprobaron en el Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino (Intecmar) cuando en semanas pasadas efectuaron las pruebas analíticas correspondientes, de las que se desprendía un fuerte incremento de toxinas como las lipofílicas.
Pero en el mismo laboratorio, asentado en Vilaxoán (Vilagarcía) y dependiente de la Consellería do Mar, se ha comprobado en los últimos días que los niveles de toxicidad han descendido de forma casi sorprendente, y solo achacable al cambio en las condiciones meteorológicas y oceanográficas.
De ahí que al cambiar el tiempo y cesar los vientos del sur bajaran los niveles y únicamente permanezcan cerrados los polígonos bateeiros Baiona A y Muros C.
