Las intensas precipitaciones registradas ayer consiguieron ralentizar la vendimia, pero sin mayores complicaciones. Es cierto que provocaron un parón en numerosos viñedos y bodegas, pero también lo es que la maquinaria puesta en marcha en la dos últimas semanas en ningún momento se detuvo del todo.
Aunque fuera a un ritmo muy inferior al previsto, a lo largo de la jornada siguió llegando uva a los centros de recepción, tanto en establecimientos adscritos a la Denominación de Origen Rías Baixas como ajenos a esta marca diferenciada.
Unas descargas que se intensificaron por la tarde, cuando cesaron las lluvias, y se multiplicarán entre hoy y mañana.
Y es que “la uva está en perfecta condiciones y estas lluvias ya no les afectan; lo único que consiguen es entorpecer o retrasar el proceso de recolección”, explicaban ayer en viñedos y bodegas como Martín Códax (Cambados), Bouza do Rey (Ribadumia) y Paco & Lola (Meaño).
En este último caso detallaban que habían iniciado la campaña un par de días antes y que en ese periodo ya habían introducido en bodega 200.000 kilos de uva, elevándose a alrededor de ocho millones el total alcanzado en Rías Baixas.
“Estamos tranquilos porque la lluvia entorpece la recogida, pero no afecta a la calidad de la uva, por eso en los últimos días se desplegará la totalidad de la campaña”, sentencia Isidoro Serantes, el gerente de Bouza do Rei.