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Dilema entre los padres de Cambados: ¿celebrar la Comunión ahora como se pueda o esperar al verano?

Una exposición de trajes de Comunión. | // IÑAKI ABELLA

El hijo de Cruz Leiro lleva meses preparándose para recibir la Primera Comunión a finales de este mes de mayo en la iglesia parroquial de Santa Mariña Dozo. Pero la pandemia se ha agravado tanto en Cambados en la última semana y media que finalmente la parroquia ha optado por dar a las familias la posibilidad de hacerla tanto este mes como a lo largo del verano. Cruz Leiro, sin embargo, no quiere esperar, y si el COVID no sigue aumentando en el pueblo, el niño recibirá el sacramento el 30 de mayo.

“Si nosotros supiésemos lo que va a pasar dentro de tres meses, que para entonces la situación estará mucho mejor, retrasaríamos la Comunión, sí. Pero es que a lo mejor la retrasamos y después resulta que en verano tampoco se puede”, explica Cruz Leiro, que es concejala del gobierno cambadés.

El COVID-19 ha experimentado un crecimiento vertiginoso en Cambados en vísperas de las confirmaciones -que iban a celebrarse hoy sábado- y de las Comuniones. Había casi un centenar de familias de la localidad pendientes de estas celebraciones. Finalmente, la parroquia ha optado por aplazar las confirmaciones para el 9 de octubre y por flexibilizar las fechas de las Primeras Comuniones.

Entre las familias hay disparidad de opiniones. Sebastián Díaz, padre de un adolescente que iba a recibir la Confirmación esta tarde, está plenamente convencido de que lo más sensato era aplazarlas. “Iba a llegar un momento en que para no pasarnos del aforo ni los padres iban a poder pasar con los niños... Así no tenía sentido”, afirma.

Además, Díaz está convencido de que si se mantenían los oficios religiosos, “las familias terminarían haciendo sus fiestas”, con el riesgo de que esto desencadenase docenas de contagios. “Yo estaba totalmente en desacuerdo con hacer las confirmaciones esta semana. Pero si se hiciesen, nosotros lo único que organizaríamos sería una comida en casa con los convivientes”.

Las familias desean que los niños estén acompañados por lo menos por sus padres y abuelos

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Cruz Leiro afirma que ella tampoco le hará una gran fiesta al niño. “El día 30 será la misa, si se puede, y al terminar nos iremos para casa a comer los que estamos siempre, como un día cualquiera”. “No he planificado absolutamente nada. El único preparativo que hice para ese día es la ropa del niño”.

Cruz Leiro afirma que su hijo, “entiende perfectamente la situación, porque está muy concienciado con el COVID”, y que peor que él lo llevan los abuelos. “Es duro para ellos. Lo que espero es que por lo menos el 30 de mayo podamos entrar a misa los padres y los abuelos”. Sin embargo, la concejala no pierde la esperanza para los próximos meses. “Ojalá hacia finales de año podamos celebrar una comida familiar como se merece el niño, y que de paso sirva para celebrar el fin de la pandemia”.

Reunión de Cordal y Aldao

La parroquia de Cambados aceptó retrasar las confirmaciones tras una reunión celebrada a última hora del jueves entre el cura, José Aldao, el concejal de Sanidade, Constantino Cordal, y mandos de la Policía Local y la Guardia Civil.

Cordal llevaba días pidiendo con insistencia a Aldao que aplazase las celebraciones religiosas, “porque estamos en el peor momento de la pandemia en Cambados”, y el jueves volvió a llamarlo por teléfono, después de ver como se disparaban los casos de Covid (de 69 a 84 en un solo día).

“Con los aforos que hay ahora ni siquiera podrían estar los dos padres en la misa"

Constantino Cordal - Concejal de Seguridad Ciudadana de Cambados

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El concejal explica que la reunión duró hora y media, y que se le explicó al sacerdote que el aforo de la iglesia con restricciones máximas es de 44 personas. “Ni siquiera podrían pasar los dos padres. Solo podría entrar uno de los dos, y ni así se cumpliría el aforo”, aduce.

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