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La crisis sanitaria se convierte en una nueva amenaza para el libre marisqueo

Rañeiros teme que el cierre de la restauración acabe de dar la puntilla a una campaña que está siendo pésima | Millán: “Veremos como reaccionan los mercados el lunes”

El libre marisqueo se expone a un nuevo golpe este año con el confinamiento sanitario. | // NOÉ PARGA

Con Os Lombos sin producción, con O Bohído en riesgo de ser sobreexplotado y con los precios en caída libre, la campaña de libre marisqueo ya estaba siendo nefasta, pero el confinamiento decretado por la Xunta en 60 municipios de toda Galicia puede acabar por darle la puntilla. Así lo entienden los responsables de Rañeiros da Ría, el colectivo que gestiona el libre marisqueo, que ven venir un golpe que “puede ser muy duro para este sector si se cierra la restauración, que se encuentra entre los principales compradores de producto que tenemos”.

Rañeiros mantuvo ayer una reunión de patrones mayores en la que se decidió continuar con las jornadas de trabajo que se están realizando, de lunes a jueves, y en mantener los cupos de este inicio de campaña, inferiores a los del pasado año. Sin embargo, esa continuidad puede saltar por los aires el lunes o el martes en función de cómo reaccionen los mercados, ya que gran parte de la producción iba con destino a la restauración.

El patrón mayor de A Illa y presidente de Rañeiros, Juan José Rial Millán, apuntaba ayer que “los efectos de esta decisión los conoceremos para la próxima semana cuando veamos la evolución de los mercados, pero nos tememos que va a resultar todavía más negativa que lo que ya estamos viviendo en estos momentos”.

Una de las cuestiones que se están encontrando desde antes de que se adoptase la decisión de cerrar esta medianoche es que los compradores no estaban haciendo acopio de marisco “porque se arriesgan a realizar una importante inversión y quedarse con el producto por no encontrar donde colocarlo, eso es algo que nos perjudica a la hora de vender el marisco y a la hora de los precios, donde se están registrando caídas importantes desde que se abrió el libre marisqueo”. Reconoce que “durante el confinamiento de los meses de marzo y abril es cierto que se vendía marisco, pero no en las cantidades de otros años, y eso lo vamos a notar en la economía de los mariscadores”.

Su homóloga de Vilanova, María José Vales, coincide casi punto por punto con Millán al destacar la incertidumbre en la que se encuentra todo el sector marisquero. “En nuestro caso, vendemos algo para fábrica, pero si la hostelería cierra, el golpe va a ser brutal, tanto para el marisqueo a flote como para el de a pie”, explica. De hecho, uno de los productos más importantes de la lonja vilanovesa, la almeja fina, cuyo destino es casi exclusivamente la restauración, “ya nos advirtieron los compradores que no tiene tirón, por eso las mariscadoras hemos dejado de extraerla, porque no queremos arriesgarnos a que nos quede en la lonja”. Otro temor es por la campaña de Navidad, que en Vilanova “se inicia siempre en la segunda seca de noviembre, cuando comenzaba a haber demanda por parte de las depuradoras, pero este año no vemos ningún tipo de perspectiva positiva”. En los veinte años que lleva ejerciendo como mariscadora, Vales no recuerda que “el marisco se quedase en lonja porque no hay a quien vendérselo, y mucho me temo que eso nos va a pasar en los próximos días”.

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