Oficialmente, la campaña de pesca de lamprea en el río Ulla finaliza hoy, cuando aún podrían largarse las nasas butrón que emplea el colectivo de valeiros. Pero estos pescadores hace tiempo que decidieron desistir y dedicarse a otra cosa con sus embarcaciones. Los que más aguantaron ya ni siquiera dejaron ayer sus aparejos en el agua.

La causa no es otra que la carencia de compradores. Fue, como se explicaba hace días, una temporada fantástica en cuanto a presencia de lampreas en el Ulla, sin duda gracias al importante caudal conseguido con las lluvias del pasado otoño y el invierno.

Pero el estado de alarma decretado por el avance del coronavirus Covid-19 provocó el cierre de los restaurantes, y estos son los principales compradores del cartilaginoso pez capturado en aguas de Pontecesures.

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Así pues, y dado que el coronavirus Covid-19 fue un lastre demasiado pesado como para salvar la positiva y esperanzadora temporada, ésta se tornó en pésima para los intereses de la flota.

Tanto es así que se cierra antes de tiempo. Y no solo eso, sino que lo hace con otra preocupante noticia, como es la creciente presencia en el Ulla de una especie invasora, el cangrejo americano.

De ello dan cuenta los propios valeiros, que en lo que va de temporada de lamprea encontraron en sus nasas una decena de esos crustáceos que amenazan a las especies autóctonas.

"Y si entraron diez en las nasas, que se sepa, quiere decir que hay muchos más y que pronto acabarán con todo como no se haga algo rápido", proclaman los pescadores que faenan en Pontecesures.