Antes de los conciertos nocturnos, el Vilablues arrancó con una sesión vermú en A Baldosa protagonizada por la viguesa Monk Blues Band y previamente por el alcalde de la ciudad, que junto con el organizador del festival, Gúmer Meijón, simularon unos acordes de guitarra a modo de "chupinazo" de inauguración.

La puesta en escena de Alberto Varela generó gran expectación, incluso por parte de las generaciones más avanzadas, entre las que se podían ver a mujeres con andador en primera fila.

Tras las palabras del promotor, el alcalde ensalzó el éxito de un festival que fue recuperado en 2016 a su llegada a Ravella. E blues y el soul inundarán la ciudad durante tres días, hasta mañana domingo. Para el próximo año, más.