-¿Cómo es su vida en Zúrich? Háblenos de la ciudad, estilo de vida que allí sigue, adaptación?

-La verdad es que no me puedo quejar de mi vida en Zúrich. Se podría decir que hay dos caras de Zúrich, durante invierno es una ciudad tranquila y es cuando consigo tener una rutina que a veces se agradece; la segunda cara sería la de verano, la ciudad se vuelve un no parar de eventos y la gente sale a disfrutar del lago y la montaña. Mi adaptación fue muy rápida porque ya tenía amigos aquí, pero con los años cada vez te sientes más local y consigues disfrutar de la ciudad de una manera diferente. En cuanto a mi estilo de vida, intento hacer bastante deporte, cada semana hay algún evento con amigos o compañeros de trabajo, pero sobre todo intento viajar todo lo que pueda, no por salir de aquí, sino porque quiero aprovechar que vivo en el centro de Europa para conocer todos los países y ciudades posibles.

- Aunque ya se ve que usted es más de números, Zúrich es zona germanoparlante mayoritariamente, aunque se funden muchos idiomas ¿Qué tal se adaptó desde el principio?

-Mi alemán sigue siendo básico, y es algo que tengo que mejorar. Pero Zúrich es una ciudad tan internacional que con el inglés es más que suficiente. Fue sorprendente ver que todo el mundo habla 3, 4 o 5 idiomas, te abre la mente a lo que significa de verdad una ciudad multicultural.