Paulino Sánchez, el cura párroco de Setecoros (Valga), estaba ayer radiante. Y es que con un año de antelación respecto a lo que suele ser habitual ayer se realizó la recolección de la aceituna en el olivar creado por el propio sacerdote y los feligreses sobre dos hectáreas de terreno.

Este tipo de plantaciones suelen dar su fruto al tercer año, pero el 20% de los olivos decidieron hacerlo casi uno antes, lo cual se antoja "una muestra de generosidad por parte de los olivos ante el cuidado y los mimos que están recibiendo", relata el párroco, tan emocionado como sorprendido "por este regalo de la naturaleza".

Con ayuda de la empresa encargada de la gestión del olivar, y que ahora va a encargarse de elaborar en Ourense las primeras botellas de aceite de Setecoros, ayer se recogían aproximadamente 150 kilos de aceituna, estando previsto llegar a 2.000 en 2018.

El sacerdote daba cuenta de todo esto mientras, paraguas en mano -abierto a modo de cubo en el que recoger la aceituna- se ocupaba de "ordeñar" los olivos en una emocionante mañana de recolección seguida de cerca por el alcalde, José María Bello Maneiro.La Concordia

Y mientras apañaba aceitunas el cura acertaba a explicar que la plantación de Setecoros "tiene variedades de olivo de Cataluña, Portugal e Italia, de ahí lo apropiado de su nombre, La Concordia; especialmente indicado en los tiempos que corren, cuando es bueno hablar de unidad desde el respeto a la biodiversidad".

El cura Paulino Sánchez, nacido en Asturias en 1955, llegó a Valga hace cuatro años procedente de África y se propuso recuperar una parcela parroquial que estaba cubierta de maleza. Fue así como se iniciaron las gestiones para hacer productiva esa tierra y surgió la idea de plantar olivos con la intención de obtener una producción industrial de aceitunas.

En marzo de 2016 el sacerdote ya avanzó que la plantación puede generar unos ingresos anuales de alrededor de 6.000 euros netos generar unos ingresos anuales de alrededor de 6.000 euros netos si se contratan a terceros servicios como los de recolección y comercialización, aunque sin descartar que se organicen los parroquianos de Setecoros para completar ellos mismos la cadena de producción.

"Somos conscientes de que es algo novedoso en Galicia y de que somos pioneros en la comarca añade el párroco, pero estamos esperanzados, sobre todo porque nos hemos asesorado bien para sacar provecho a la que fue una fuerte inversión inicial", declaraba Paulino Sánchez hace más de un año.

De ahí la satisfacción que mostraba ayer al constatar que el esfuerzo realizado empieza a dar sus frutos a modo de aceitunas. Quizás en el futuro Valga sea también una referencia en esta producción y forme parte de la Denominación de Origen Protegida por la que pelea la Asociación de Productores de Aceite y Aceituna de Galicia.