El costoso proyecto de investigación sobre el parásito marteilia cochillia que ha devastado la población de berberecho en las rías de Arousa, Vigo y Pontevedra acaba de retroceder dos años por el robo de un millar de ejemplares que engordaban en una batea de Cambados y en los que se basaba el estudio.

La Consellería de Mar emitió ayer un comunicado en el que "lamenta y condena" una acción que lastra este importante proyecto en su etapa final cuando ya se esperaban obtener conclusiones importantes para encontrar ejemplares resistentes al parásito.

Los cuatro lotes de berberecho sustraídos fueron criados en las instalaciones del Centro de Investigacións Mariñas (Cima) con ocasión de un trabajo que necesita un proceso muy largo de vigilancia.

José Miguel Fuentes, investigador del proyecto recalca que lo que se ha perdido es un "material único" cuya consecución implicó dos años de seguimiento, primero durante seis meses de cultivo en el vivero del Cima y luego en la batea.

"Eran berberechos de la segunda generación -nietos- que ya habían alcanzado la talla comercial por lo que pretendíamos conocer su respuesta ante el repunte de mortalidad que ya se detectó en algunas zonas", explica el técnico.

Se frustran, por tanto, no solo dos años de trabajo sino también las expectativas de muchos mariscadores de las tres rías que tendrán que añadir otro bienio a la obtención de resultados fiables que permitan poner freno a la devastación de este parásito sobre el bivalvo.

Fuentes explica que la "marteilia" es un parásito que afecta a los divertículos digestivos que impiden que el berberecho se alimente "por lo que se muere por inanición".

El problema se detectó en las rías de Arousa, Vigo y Pontevedra en 2012, en cambio aún no llegó a la ría de Noia que es la más productiva en esta especie.

Lo que intentaba el CIMA con este proyecto era encontrar ejemplares resistentes, estudiar los distintos ciclos y observar qué ocurre con las distintas generaciones del bivalvo. El proceso requiere mucho tiempo pues las larvas deben permanecer seis meses en criadero y luego en la batea de engorde experimental, para poder hacer valoraciones mensuales.

José Fuentes explica que los últimos datos sobre los mil ejemplares sustraídos son del mes de noviembre y que ahora en diciembre se esperaban conclusiones importantes, ya que es en este período cuando se percibe más la influencia del parásito sobre el berberecho, porque la afectación parece estacional y también suele observarse antes en Os Lombos y más tarde en zonas como O Sarrido, por poner algunos ejemplos.

"Era un material biológico de primera categoría y ahora habrá que empezar desde el principio por lo que se truncan muchas expectativas", explica el investigador.

Con todo, los investigadores conservan los resultados de los muestreos realizados cada mes desde que los berberechos se depositaron en la batea cambadesa, si bien las conclusiones finales ya no se podrán obtener pues, explica Fuentes, "habrá que comenzar con todo el proceso de cultivo".

Y todo este problema parece derivado del furtivismo, una lacra que atenaza al sector de la pesca en general pues afecta a todo tipo de especies.

"El valor comercial de lo sustraído es mínimo" indica José Fuentes, "como mucho 50 euros pues los cuatro lotes pesarían unos diez kilos de marisco". Y por esta mínima rentabilidad se ha perdido el final de un estudio sobre los ciclos del berberecho y como influye este parásito en las colonias.

El trabajo experimental trata de averiguar la incidencia de la enfermedad y la forma de lograr ejemplares resistentes en un medio abierto como es el mar.

Recalca el técnico que el proyecto intenta encontrar una solución biológica del grave problema que desde hace seis años afecta a las distintas cofradías ya que el uso de medicamentos solo es viable en criaderos o hatcherys.

El proyecto de investigación sobre la marteilia fue encargado al Cima en 2014, fecha en la que se estableció un período de dos años para obtener algunas conclusiones definitivas. En estos momentos se estaba ya en la fase final del proyecto y solo faltaba el resultado del muestreo de diciembre. El martes se descubrió que el berberecho no estaba ya en la batea de engorde.