El accidente de Rianxo quedó finalmente en un gran susto, aunque pudo haber sido mucho peor. Un siniestro de noche, con la lancha sin gobierno alrededor de los náufragos y con uno de los ellos que empieza a quejarse del frío y que se ve incapaz de abandonar el agua son elementos más que suficientes como para que una jornada de pesca termine en tragedia.
En este caso no fue así, pero el accidente vuelve a poner el acento sobre la peligrosidad del oficio de los marineros, más si cabe porque se produjo apenas unas horas después de que el vuelco de una planeadora similar en Cabo Home, en la ría de Vigo, le costase la vida a un vecino de Cangas de 49 años, que sí pudo ser rescatado del agua, pero que terminó falleciendo en Vigo. En lo que va de año perdieron la vida cinco marineros, solo en la ría de Vigo. Tres de ellos fallecieron en dos naufragios, en ambos casos cuando navegaban en planeadoras, y los otros dos eran buceadores.
En Rianxo fueron alertados también Salvamento Marítimo y los Gardacostas.
