Varios traumatismos, la mayor parte de ellos en la cabeza y especialmente en el rostro. Esta fue la causa de la muerte de Secundino Prego Amil según se desprende de la autopsia que se le practicó al octogenario asesinado en Poio, y que ayer fue enterrado en el cementerio de Fefiñáns, pues era originario de Cambados.

La Guardia Civil sospecha que el hombre fue golpeado con un objeto contundente que podría ser una piedra y otro menos pesado y más cortante como podría ser el propio bastón que utilizaba la víctima al caminar.

Así las cosas, todo hace indicar, como ya se presumía el lunes, que este vecino de Chancelas sorprendió a los ladrones cuando intentaban huir de su domicilio, ahuyentados por los gritos de dos mujeres (una cuidadora del octogenario y una conocida suya) que se encontraban dentro de la vivienda, encerradas en una habitación para protegerse de los asaltantes.

La Guardia Civil intenta localizar a los dos varones que observaron a través de una ventana las dos mujeres que se encontraban en el interior de la vivienda de Secundino Prego y que, según su testimonio, se marcharon en un coche de color blanco en dirección a Sanxenxo.

Desde la Guardia Civil se sigue sin confirmar la posible relación entre este suceso y el robo violento del que ya había sido víctima este octogenario de Chancelas a finales del pasado mes de noviembre. En aquel entonces, habían sido detenidas tres personas. Una de ellas, una mujer vecina de Caldas que quedó en libertad, se puso en contacto ayer con este periódico para desmentir su relación con cualquiera de los dos incidentes. En cuanto a los otros dos implicados, dos varones, uno de ellos todavía permanecería en la cárcel, mientras que un segundo habría abandonado ya la prisión, según distintas fuentes.

La familia de Prego ha pedido que se resuelva el crimen cuanto antes.