Imagínense que los nueve municipios de O Salnés formasen un gran juego de la oca. Ambiéntenlo en la época castreña, el Megalítico y la antigua Roma y ahora regresen a su tiempo. En realidad, ese enorme tablero todavía sigue ahí, esperando a que alguien se anime a jugarlo.

Dos arqueólogos vilagarcianos les ayudarán a través de este reportaje a conocer un poco mejor algunas de las casillas que forman este juego que, aún en ruinas, posee un increíble valor. En palabras de Vicente Caramés, profesional del Museo do Mar, "O Salnés era la principal puerta de entrada al interior de Galicia en la Edad Antigua, por eso la actividad comercial en la zona es increíble. Arousa es, probablemente, la zona más rica de toda Galicia en lo que a yacimientos arqueológicos se refiere".

El joven arqueólogo Félix González, que elaboró una tesis sobre la pegada humana en la zona de Ulla-Umia durante la época anterior a la llegada de los romanos, cree que "el problema principal es la falta de divulgación, tanto a nivel social como en la comunidad científica. Debería empezarse por acondicionar los yacimientos, porque a día de hoy muchos son prácticamente inaccesibles. Si no se actúa, todo quedará en el olvido".

Para ello, Caramés tiene claro que "debería llevarse a cabo una actuación conjunta a nivel comarcal. No multiplicar la oferta para competir unos municipios con otros, sino dar forma a unas rutas que realmente saquen provecho del patrimonio existente". "Estamos en crisis, pero es un momento ideal, porque la presión urbanística ha decrecido y la concienciación ha aumentado. Muchas intervenciones apenas suponen un gasto", añade.

El recorrido por este juego comienza en Vilagarcía y termina en O Grove, pasando por algunos de los espacios de la comarca abandonados o sin intervenir.

Pedra do Encanto. En O Salgueiral, Bamio, se encuentra uno de los petroglifos más valiosos del noroeste peninsular. Quedó deteriorado por la construcción de la carretera interior y ahora se encuentra en una cuneta, sin identificación alguna.

Muy cerca está el complejo de Os Ballotes. "Empiezan a salir hongos. Sería buen momento para actuar", recomienda Félix González. El Concello los rehabilitó hace un par de años.

Cortegada. Para Caramés, Cortegada es uno de los ejemplos de la rica actividad comercial de la ría desde hace miles de años en la ruta de los pueblos extranjeros hacia el interior de Galicia. "Además de un pecio romano, probablemente exista en la isla un asentamiento de la misma época. Allí hubo también un hospital de peregrinos".

Asentamiento de A Tomada. En la zona de la capilla de San Roque, en Carril, "había un asentamiento temporal de la Edad del Bronce muy bien situado. Estaba protegido por Patrimonio pero se construyó en la zona y ya no queda nada", recuerda Caramés.

Trabanca Sardiñeira. Muy cerca del anterior asentamiento, se ubicaba un castro que estaba catalogado. "Sufrió una destrucción flagrante en los últimos años. Se construyeron viviendas encima", denuncia Caramés.

Trabanca Badiña. Este lugar atesora un castro casi inaccesible que tiene incrustado una depuradora de agua. "Lo que se perdió ya no se recuperará, pero habría que proteger lo que queda y está abandonado", comenta Félix González. A escasos metros se encuentra la Pedra de Meán, petroglifo también abandonado y oculto, sin señalización alguna.

Castro da Xaiba. "Es un castro bien conservado, que no ha sufrido alteraciones", destaca Caramés. Tanto este como Félix González creen que este yacimiento próximo a la aldea de Castroagudín, en Cea, podría contener restos de mucho valor, a pesar de ser casi desconocido más allá del vecindario.

Castro Alobre. El Concello promovió hace una década su restauración, pero fue interrumpida y actualmente el entorno, situado en un lugar privilegiado, se encuentra deteriorado, con unos pocos restos a la intemperie, desprotegidos.

Aralde. Caramés cree que el yacimiento de este lugar de Sobrán pudo haber sido un asentamiento romano. No se ha intervenido en él y no está señalizado.

Castro de Vilanova. En el mismo lugar en donde se encuentran los restos de la torre del monasterio de Cálago, en Vilanova, pudo emplazarse un castro celta del que "apenas debe quedar nada", según opina Félix González. Este espacio es privado.

Os Bufos, A Illa. Esta necrópolis romana es uno de los pocos restos de la Edad Antigua en A Illa, sin contar la de Areoso, que comienza a ser estudiada. Os Bufos se vio afectado por la construcción de un vial y a día de hoy está abandonado.

Sete Pías. En el entorno del polígono cambadés se encuentra "un castro intacto que nunca ha sufrido una puesta en valor". Caramés aboga por trabajar en su recuperación.

Campo da Festa de Castrelo. Este lugar albergaba un antiguo castro, que es fácilmente apreciable al lado del Campo da Festa de la parroquia cambadesa, el cual fue denunciado por presuntamente ilegal a comienzos de este mismo año. "Esta construcción arrasó parte del castro, al cual es imposible acceder, pero todavía se conserva en buena parte", explica González Insua.

Adro Vello. Esta villa romana es el paradigma de la mala conservación de un yacimiento arqueológico en la comarca. La intervención se llevó a cabo a mediados del siglo pasado y desde entonces, las constantes promesas de los gobiernos locales se han quedado en nada. El Adro Vello acumula los restos de una basílica paleocristiana, una fábrica de salazón romana y la población propiamente dicha.

Después de su descubrimiento, se construyó una carretera que parte el yacimiento y lo pone en riesgo. No está prevista ninguna intervención por parte del Concello y los expertos demandan que "si no se va a hacer nada, mejor será cubrirlo y protegerlo de riesgos innecesarios".

"La fábrica de salazón catalana que está en las proximidades haría de este lugar un espacio ideal para recuperar la tradición arousana de estas factorías", reivindica Vicente Caramés.

Cantodorxo y Punta Castriño. Estos dos asentamientos groveneses de época castreña se vieron afectados por construcciones posteriores. En ambos casos, las murallas se han visto afectadas por la edificación agresiva en fechas recientes y los yacimientos no han sido recuperados.

Monte Lobeira: los orígenes de la comarca continúan enterrados

Hace un par de semanas saltaba la noticia de que los concellos de Vilanova y Vilagarcía estaban interesados en iniciar el proceso de recuperación del entorno de la fortaleza de Monte Lobeira, situado en la cima de este pico dividido entre ambos municipios.

La idea no era nueva. Hace unos años, Vicente Caramés lideró un equipo de restauradores contratados por los comuneros de la parroquia de András, que quisieron fomentar la restauración de este espacio. "En Lobeira no solo se encuentra una fortaleza medieval bien conservada y que supone los orígenes de la comarca de O Salnés, pues es desde donde se controlaban las primeras salinas. También es posible que se encuentre un asentamiento de época romana y un enterramiento de la Edad de Bronce o anterior", explica.

Caramés también destaca que la iniciativa partiese de un colectivo vecinal, "lo que demuestra que tienen concienciación de su patrimonio", primer paso, entiende, de un trabajo de recuperación bien hecho.

En función de sus estudios, este experto del Museo do Mar de Vigo, afirma que en Lobeira todavía se conservan "la muralla perimetral, el patio de armas o el aljibe". "Si se recuperase en su totalidad la fortaleza, cambiaría completamente la fisionomía de la zona. Además, Lobeira es un punto de atracción en si mismo, un éxito seguro. No haría falta atraer turistas".

Vicente Caramés: "Castro Alobre sería un éxito seguro y haría crecer enormemente la ciudad"

La restauración del Castro Alobre se vendió a bombo y platillo hace poco más de una década. Situado a escasos metros del corazón de la ciudad, este complejo podría haber tenido sus inicios en fechas muy remotas, incluso cuando se habla de pobladores celtas. Se trataría del siglo VIII antes de Cristo. "Los restos encontrados en el castro demuestran la intensa actividad comercial que hubo en la zona desde épocas muy remotas. Alobre estaba incluido en los circuitos comerciales de la civilización púnica", sostiene el vilagarciano Vicente Caramés. Esto significaría que en Arousa ya se mantenían contactos culturales con el extremo oriental del Mediterráneo desde hace casi 3.000 años.

"Falló la falta de previsión, el no saber qué hacer en el futuro. Es una de las intervenciones que más delito tiene en toda la comarca. Por su valor patrimonial, por haberse realizado recientemente, por su total abandono y porque, de restaurarse en condiciones, sería un éxito asegurado para Vilagarcía".

En opinión de Vicente Caramés, la puesta en valor de Castro Alobre "haría crecer la ciudad enormemente por el entorno del Valdés Bermejo, recuperando un espacio de gran atractivo turístico comparable al Monte do Castro de Vigo o a Santa Tegra en A Guarda", expone.

Los túmulos casi han desaparecido de Vilagarcía y sus ricos petroglifos siguen ocultos

Vilagarcía contaba hace apenas dos décadas con cerca de una veintena de túmulos catalogados. Transcurrido este período de tiempo, han quedado reducidos a "cuatro o cinco", según explica el arqueólogo Vicente Caramés. "Es inconcebible que esto haya sucedido en una época como la actual, en la que deberíamos estar concienciados del valor de nuestro legado", critica.

Un claro ejemplo del daño cometido sobre el patrimonio funerario del Megalítico se encuentra en el alto de O Pousadoiro. En el lado de Caldas de Reis se hallan dos túmulos relativamente bien conservados. En el de Vilagarcía, había cuatro que fueron "devorados" por una cantera ya abandonada. Sucedió hace apenas tres lustros.

En cuanto a los petroglifos, Caramés destaca una anécdota que le sucedió en fecha reciente. "Iba a visitar Os Ballotes, cuando me encontré con un turista italiano que había venido a propósito para visitarlos. El problema es que no existe interés institucional por divulgar su existencia, no aparecen en las guías turísticas ni en las rutas de senderismo". El arqueólogo hace referencia también al rico yacimiento situado en la zona del merendero de Fontefría, que atesora no menos de 13 petroglifos que, a día de hoy, están abandonados y fuera de todos los circuitos promocionales de la ciudad.

Ribadumia, "el ejemplo a seguir"

Hace no mucho tiempo, el yacimiento de Monte do Castro era uno más de tantos que descansaban en suelo de O Salnés sin intervención alguna. Con motivo de la puesta en valor de la Pousada que la Diputación de Pontevedra está construyendo en Ribadumia, un equipo de profesionales comenzó a trabajar en el lugar, encontrando restos de gran valor que servirán para hacer de Monte do Castro un lugar de visita en la comarca. Vicente Caramés lo define como "un trabajo loable, sorprendente, marca la línea a seguir en otros lugares". Entre otros tesoros, este yacimiento cuenta con una construcción en madera de época celta perfectamente conservada que es única en todo el noroeste peninsular.