Vigo

La ciudad continúa su transformación

Se inauguraron Porta do Sol, la estación de bus, As Avenidas o el túnel de Lepanto

Una ciudad más amable para los ciudadanos, mejor conectada, más moderna y más accesible. Es el objetivo que tuvo entre ceja y ceja el Concello de Vigo a lo largo de este año, una premisa característica de los equipos de Abel Caballero, y lo ha perseguido a través de las obras de humanización: sistemas mecánicos para salvar las cuestas –el ascensor entre Praza da Estación y Urzáiz-Vía Norte–, creación de lugares públicos para los viandantes –la Vía Verde– o renovación de espacios –la Praza da Miñoca–. También arrimaron el hombro la Autoridad Portuaria, que recuperó uno de los paseos más emblemáticos, el de As Avenidas, y lavó la cara de la avenida de Beiramar; o la Xunta, con la puesta en marcha de la nueva estación de autobuses en el complejo Vialia, que ya presume de intermodalidad.

La joya de la corona de las operaciones públicas de este año fue la transformación de Porta do Sol, que ya es la gran plaza que la urbe siempre había echado en falta. La lengua de asfalto de antaño pasó al olvido para regalar a los vecinos y visitantes la céntrica explanada comandada por el Sireno. Se bautizó con la procesión del Cristo de la Victoria en pleno verano y pegó el estirón hace poco más de un mes con el acto de encendido de las luces de Navidad. Ya es un punto de encuentro de referencia en la urbe olívica.

La finalización de la Vía Verde entre el centro y Chapela fue otra de las actuaciones clave. La recuperación de las antiguas vías del tren para generar un corredor peatonal y ciclista es un éxito incontestable: el paseo fue colonizado por ciudadanos incluso antes de inaugurarse.

Más intervenciones de calado: el túnel de Lepanto para acceder a la AP-9, ya en funcionamiento; las rampas de Gran Vía, que se pondrán en marcha a principios de próximo año; la nueva grada de Marcador, a la que ya se le ve parte de la cubierta –estará lista en marzo–; las reformas de los paseos de Bouzas –en proceso–; o el inicio de los trabajos para levantar el Halo entre Serafín Avendaño y el centro Vialia.

Entre las actuaciones privadas, destacaron las inauguraciones del Hotel Attica21, en Samil, y el Pazo da Oliva, en el Casco Vello.