El 3 de julio se escribió otra página de la crónica negra de Galicia. Un joven de 24 años, Samuel Luiz, fallecía a causa de los múltiples golpes recibidos por una turba de agresores en una calle céntrica de A Coruña. Cerca de una treintena de personas fueron testigos de la mortal agresión, aunque solo dos personas, dos ciudadanos senegaleses, se interpusieron entre los agresores y la víctima.

Varias personas, ante el altar donde fue asesinado Samuel Luiz. Víctor Echave

Fueron seis minutos que la Policía califica de “fatales” por la agresividad con la que no menos de seis individuos acabaron con la vida del joven. Los agresores utilizaron presuntamente una botella de cristal que rompieron contra su cuerpo y otro posible objetivo metálico, aún por determinar. De lo que ya no dudan los agentes es de que antes de que comenzase la agresión mortal a Samuel le gritaron “maricón”.

El asesinato de Samuel causó una gran conmoción en Galicia y derivó en una ola de manifestaciones y solidaridad en toda España contra la LGTBIfobia

Por la muerte del joven coruñés hay siete personas investigadas, dos de ellas menores de edad, una de ellas con antecedentes penales. Seis se encuentran privadas de libertad: los dos menores y tres varones mayores de edad –en prisión desde el 9 de julio– y la pareja de uno de ellos. El séptimo joven detenido desde finales de septiembre por este crimen fue puesto el libertad el pasado 2 de noviembre por la Audiencia Provincial, aunque sigue investigado y el tribunal le ha impuesto la obligación de comparecer semanalmente en el juzgado.

Samuel trabajada desde hacía cuatro años como auxiliar de enfermería en la residencia de mayores de Padre Rubinos. Ese sábado, 3 de julio, salió con su amiga Lina a disfrutar del segundo día de apertura del ocio nocturno en Galicia. En el momento de la mortal paliza se encontraban fuera del local en el que habían estado, haciendo una videollamada con otra amiga.

Los amigos de Samuel, durante la concentración celebrada en A Coruña en repulsa por el asesinato del joven. CARLOS PARDELLAS

En un momento dado, Samuel giró el móvil para que la chica al otro lado de la pantalla pudiera ver dónde estaban. Al hacerlo, grabó, sin querer, a un chico que pasaba por delante de ellos con una chica. Minutos antes, ese mismo joven había sido expulsado de un bar por una trifulca. Lina y Samuel les explicaron que la videollamada no tenía nada que ver con ellos, pero de nada sirvió. El chico se encaró con Samuel y le espetó: “Para de grabarnos si no quieres que te mate, maricón”, según relató Lina. Samuel le contestó: “Maricón, ¿de qué?”. Y a partir de ahí se desencadenó la agresión.

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Samuel consiguió zafarse de una primera agresión y salió huyendo del lugar, pero fue interceptado unos metros después por una turba de exaltados. Falleció por un traumatismo craneoencefálico severo a raíz de la brutal paliza, que intentaron frenar Ibrahima Diack y Magatte Ndyae, dos ciudadanos de origen senegalés que se interpusieron entre él y sus agresores para ayudarle. Uno de ellos, incluso, recibió varios golpes. Su actuación desinteresada llevó a que el Gobierno regularizase la situación de ambos en el país.

El asesinato de Samuel causó una gran conmoción en Galicia y derivó en una ola de manifestaciones y solidaridad en toda España contra la LGTBIfobia, al considerar que Samuel Luiz fue atacado hasta la muerte por su homosexualidad.