Los clanes gallegos han tenido una intensa actividad marítima desde Sudamérica durante todo el año y es que el narcotráfico es un negocio también en plena pandemia, especialmente durante el confinamiento, aunque entonces les costaba más pasar desapercibidos cuando se movían en tierra y varios de ellos fueron identificados juntos en un vehículo.

Las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado han frustrado la entrada en las costas gallegas de más de 10 toneladas de cocaína, que han sido retiradas del mercado, en lo que va de año. La primera interceptación se registró en marzo, al iniciarse el confinamiento. Dos planeadoras intentaron introducir por la ría de Arousa un cargamento que recogieron en un velero que después se hundió. Al verse descubiertas, una de las lanchas huyó hacia Barbanza, arrojando fardos de droga por la borda, mientras que la otra optó por refugiarse en el río Umia, donde acabó embarrancando y siendo capturados sus tripulantes. Bautizada como operación Lince, se recuperaron 3.700 kilos de cocaína y entre los detenidos estaba el histórico Antolín Fernández Pajuelo. Apenas un mes después, se desarrolló la operación Pantón o Donky, en la que se apresó el remolcador MV Karar, con 4.500 kilos de coca en sus bodegas. Entre los 23 detenidos, 13 en tierra que quedaron en libertad ya, se encuentra al supuesto cabecilla del clan Santórum que debía descargar el alijo. Alertado por un chivatazo, logró eludir en moto el cerco policial cuando los agentes le esperaban en su propia casa. Tras cuatro meses de fuga, se presentó con su abogada, la penalista arousana Carmen Ventoso, en el Juzgado de Guardia de Vigo, donde no constaba requisitoria alguna por el Karar, y quedó en libertad. Al día siguiente fue detenido cuando iba a presentarse en al Audiencia de Pontevedra por otro asunto.

La operación que desmanteló la organización de narcotransportistas más importante de Galicia

La operación que desmanteló la organización de narcotransportistas más importante de Galicia FOTO: R. Grobas | VÍDEO: Policía Nacional

En julio se abordó el velero Nergha con 1.200 kilogramos de cocaína a bordo que también viajaban rumbo a Galicia en un aparente viaje de placer de dos parejas. El barco fue trasladado custodiado a Canarias. A finales de octubre caía una banda arousana con un alijo de unos 500 kilos de cocaína en colaboración con el denominado clan de los Balcanes. Entre los arrestados se encontraba un miembro del arousano clan de “los Pasteleros”. En este caso la cocaína iba oculta en vehículos destinados a chatarra.

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Operación contra el tráfico de drogas en alta mar y en Pontevedra Faro de Vigo