Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Montañeros de platino

El club de montañeros de Galicia, fundado en 1944, celebra un aniversario histórico

Actividad reciente en los Alpes Dolomitas. // Cedida

Hay hechos que a pesar de nacer en las peores circunstancias económicas y sociales, o quizás por eso, permanecen fuertes en el tiempo y "vacunados" para sufrir y superar todo tipo de dificultades. He aquí un caso, el de una sociedad deportiva montañera:

En la primavera de 1944 quedaba inscrito en la Federación Española de Montañismo el club Peña Trevinca Montañeros de Galicia. Pero, para ponernos en situación€ Imagínense como estaba España en aquel momento: con la guerra civil recién terminada y los españoles viviendo lo que tantas veces nos dijeron nuestros padres; "os anos da fame". Europa entera estaba desgarrada luchando contra el nazismo y al desembarco de Normandía todavía le faltaba la fecha para el famoso día D. En esas estaban entonces cuando nuestros montañeros se querían asociar.

¿Comenzaba así, en los años cuarenta, el montañismo asociativo en Galicia? Pues, de algún un modo podríamos decir que sí€ pero en realidad no, porque la raíz del montañismo en Galicia estaba sembrada y había prendido ya desde tiempos de la II República. Y de ahí, una vez finalizada la guerra, y con el comienzo de la dictadura de Franco, surgió de nuevo la idea de la práctica del montañismo asociado en nuestra tierra, favorecido en buena parte por los mismos protagonistas que ya lo habían intentado cuando la República tenía las horas contadas y españoles y gallegos una "Longa noite de pedra" por vivir.

Así pues ya en enero de 1936 se había fundado el "Centro Excursionista de Galicia", y con sus estatutos registrados en el Gobierno Civil de Pontevedra se convierten en la primera Sociedad de Montaña en nuestra tierra, la mayoría de asociados residentes en Vigo. En este grupo de pioneros estaban integrados también naturalistas y personas cuyo principal objetivo era el amor y respeto por la naturaleza, con profundos pensamientos filosóficos y culturales. Ya en junio de 1933 estos habían creado un grupo denominado "Os fillos do Sol" que, amantes también de la natación y el piragüismo, habían montado un hermoso palafito en la desembocadura del río Lagares, en Samil, con la autorización de la Delegación Marítima de la Provincia. Estaba ubicado muy cerca del puente que cruza ahora el río tras las instalaciones deportivas. Se acercaban hasta allí en piragua y desarrollaban mucha actividad en la zona. Sus acciones, que llamaba mucho la atención en aquel momento, también se vieron dramáticamente interrumpidas el mismo 18 de julio del 36. La guerra lo truncó todo y el Centro Excursionista de Galicia finalizaría su efímera actividad en enero de 1940.

Terminado el conflicto se vivían tiempos muy difíciles y la Federación Española de Montañismo pasó a depender de la Delegación Nacional de Deportes, de la F.E.T. y de las J.O.N.S. Nuestros héroes siguieron con su afán de afianzar el montañismo asociativo y se integraron en el Club Celta, sí el de fútbol, que necesitaba tener un carácter multidisciplinar creando también la sección de montañeros en enero de 1942.

Al año siguiente, en la Semana Santa de 1943, es cuando se va a producir el primer encuentro entre algunos de estos montañeros de Vigo que ya formaran parte del C.E.G. en 1936, y en ese momento estaban en la Sección de Montaña del Celta, con el médico de Valdeorras Gonzalo Gurriarán, lo que daría pie, un año más tarde, a la creación de Peña Trevinca Montañeros de Galicia. Hasta ocho de estos pioneros del montañismo de los años 30 pasarían a formar parte del grupo de fundadores del nuevo club: Antonio y Pepe Villaverde, Emilio Giráldez, Eduardo Blanco, Antonio Navarro, Natalio Abad, José Barbosa y Cayetano Cameselle . Con ellos se pasaba el testigo y la voluntad de crear un club de montañismo independiente. "Gracias al archivo existente en el club, guardado con esmero durante muchos años por los fundadores y sus hijos, sobre todo la correspondencia personal entre ellos, y al tesón y profesionalidad del historiador Ricardo Gurriarán, que publicó en el año 2005 un extraordinario libro sobre la vida de su padre, Gonzalo Gurriarán, donde se recoge la creación de Peña Trevinca Montañeros de Galicia, podemos hoy narrar fidedignamente el proceso de fundación de nuestro club", manifiesta Carlos Garrido, actual presidente del club.

Volvemos a ese momento fundacional de principios de 1944; Gonzalo Gurriarán Gurriarán era un médico represaliado tras la guerra civil, natural de Valdeorras, y gran aficionado al esquí. Completó sus estudios en Estrasburgo (Francia) y había coincidido en la época dorada de la Residencia de Estudiantes de Madrid (1923-1928) con personalidades como García Lorca, Dalí, Buñuel, Ortega y Gasset y el mismísimo Juan Negrín.

Influenciado quizás por el carácter institucionalista de Giner de los Ríos que había inspirado la residencia madrileña, Gonzalo, confinado en su Valdeorras natal, trató de "resolver" la mermada relación de los "perdedores" con la creación de una sociedad deportiva, lógicamente, apartada lo más posible de lo que el régimen de aquel momento establecía con sus organizaciones.

Fue, como ya comentamos, un encuentro casual en Valdeorras lo que propició que el médico de esta tierra y nuestros montañeros vigueses, tras mediación de Victoriano Miguélez a quien posteriormente se atribuye la elaboración del escudo del club, se pusieran en marcha para la creación de una nueva sociedad de montañeros. Entre sus primeros proyectos figuraba la construcción de un refugio de montaña y mejorar la comunicación con la carretera Sobradelo-Sanabria. Enseguida acordaron una serie de puntos de partida huyendo de apartados conflictivos para poner el club en marcha dándole un carácter abierto al mismo (estatutos, carácter o procedencia de los asociados, cuotas€) La sede sería en el Barco de Valdeorras por proximidad con las zonas de alta montaña y otras razones, como huir de las rivalidades impropias de esta disciplina deportiva. Los trámites tuvieron final feliz en Madrid y el proyecto ya fue una realidad en esa primavera de 1944.

La asociación pasaría a llamarse Peña Trevinca Montañeros de Galicia, y no del todo por decisión propia sino más bien porque la de "Montañeros del Noroeste" fue rechazada en Madrid por parecer demasiado pretenciosa. Bastantes años más tarde se le añadiría la palabra Club. En el momento de creación de Peña Trevinca ya funcionaban en Galicia la citada Sección de Montaña del Real Club Celta, el Club Alerta, dependiente del Frente de Juventudes, también en Vigo, y el grupo de montaña de estudiantes gallegos del SEU, en Santiago.

El Ideal Gallego sacaría un artículo, ojo con la fecha, el 14 de abril: "Hacia una sociedad gallega de montañeros" en el que se pedían adhesiones al proyecto. Dicho artículo sería reproducido y comentado posteriormente en El Pueblo Gallego y en Meta.

Considerado el primer Presidente, Gonzalo Gurriarán, nunca lo fue ni quiso, porque sobre él pesaba una inhabilitación para ejercer cargos de representación. Sí lo fue su amigo del Barco Francisco Neyra Arias. En noviembre de 1944 el Plan Nacional de Construcciones incluía una partida para la construcción del refugio de Fonte da Cova, que sería inaugurado posteriormente en 1948.

Algo insólito en 1944 y que merece la pena destacar es que los carnets del club llevasen impresa la franja azul en diagonal tal cual la bandera gallega. Algo digno de mencionar para los estudiosos de la iconografía, como resalta Ricardo en su libro.

Se integraron en aquel momento como socios del club instituciones educativas y filocientíficas como el Instituto Padre Sarmiento, El Instituto Masculino de Santiago, la Facultad de Filosofía y Letras o el Instituto Rosalía de Castro. Los contactos con el centro gallego de la Habana y el de Buenos Aires también fueron frecuentes y dieron fruto a socios de estos países así como de Sao Paulo, Portugal o Andorra. A finales de 1945 el club tenía funcionando ocho delegaciones en Galicia y una en Madrid, aparte de la central de O Barco; Vigo, A Coruña, Santiago, Pontevedra y las mayores ciudades gallegas tenían su delegación. Se aproximaba a los mil socios. Gonzalo quiere darle un carácter multidisciplinar a la entidad e incorpora ciertas actividades como elementos de atracción; la cobertura científica, representada por los profesores de la Universidad de Santiago: Charro, Bellot y Ribas. A Promotores de conocimiento geológico: el profesor de la Universidad Central Francisco Hernández Pacheco, que lo llevó a dar una gira de conferencias por Galicia y a montañeros consagrados a impartir cursos y actividades formativas. En el mundo de la difusión de la geografía y de la cultura de Galicia sería el mismísimo Ramón Otero Pedrayo quien le daría al club un carácter galleguista. En enero de 1951 Otero Pedrayo da una conferencia en el Pazo de Fonseca con motivo del día de Trevinca en Santiago y recibe la insignia de Socio de Horra del Club. (FARO DE VIGO 9/01/1951). Con anterioridad también la habían recibido el profesor Hernández Pacheco y el presidente de la Federación Española de Montañismo Julián Delgado Úbeda.

Otras personalidades del mundo galleguista, como Amalia Álvarez Gallego, viuda de Alexandre Bóveda, los doctores Obella Vidal y Ramón de Castro, de Vigo, o los médicos orensanos Arturo López Trasancos o Gonzalo Caurel entre otros formaron parte del club en esos años.

Gonzalo recuperó así la relación con viejos amigos, algunos "exiliados en el interior" como el, y otros como Fernando Calvet que trabajaba en Zeltia, socio también del club.

Hasta 1950 el club editaba un boletín que tenía enorme difusión tanto en Galicia como en Madrid, en una etapa en que el club se enriquecía con más de 50 publicaciones que recibían en su sede: Peñalara, Centro Excursionista de Cataluña, Centro Excursionista Pirenaico etc.

Relacionadas con la montaña y también con la cultura, así por ejemplo el boletín de la Real Academia Gallega.

Con referencia a la actividad puramente deportiva de aquel momento es obligado señalar:

En 1946 se celebran los primeros Campeonatos Gallegos de Esquí, en Trevinca, con más de cien esquiadores y un importante despliegue organizativo para darle apoyo en una zona desprovista de instalaciones, salvo las naves que los alemanes tenían en la zona de Casaio para la extracción del wolfram para sus cañones, abandonadas en aquel momento y que estos habían entregado a los ingleses al terminar la guerra. Antes de la inauguración del refugio de Fonte da Cova el club llego a disponer de un refugio-almacén en las minas de Valborraz.

El primer Campeonato Social Femenino de Esquí se celebra en 1948. Todo un hito en los deportes de la mujer en Galicia, La Noche, Meta y Pueblo, de Madrid se hacen eco de la noticia. A partir de esa fecha quedan institucionalizadas esas y otras pruebas. "Al habla con la montañeras de Peña Trevinca" (FARO DE VIGO de 30 de marzo de 1952) contiene una entrevista con alguna de ellas, entre las que está Pilar Rodríguez Arias, esposa de Gonzalo Gurriarán.

La lucha medioambiental no se quedaba atrás y la reivindicación de que Los Ancares fueran declarados Parque Nacional ya se iniciara por el club en 1947. Otro hecho muy destacable es la encendida defensa del Lago de Sanabria llevada a cabo por Gonzalo Gurriarán, que pretendían represar para la obtención de energía eléctrica. De esta noticia se hizo eco el ABC, publicando una fotografía del lago en su portada y un atrevidísimo artículo de Gonzalo el 11 de marzo de 1953.

Todo este trabajo tendría mucha repercusión en los medios de la época. Meta, La Noche, Faro de Vigo. En 1951 el Pueblo Gallego resaltaba la enorme actividad del club y de que superaba los mil asociados con la incorporación de muchos vigueses aficionados al esquí y a la montaña, procedentes de otras importantes asociaciones locales. Posteriormente siguen más incorporaciones en nuestra ciudad y son recogidas en FARO DE VIGO en 1967 que publica la cifra de 1316 socios, de los cuales alrededor de 600 serían vigueses. Son muchas las anécdotas o circunstancias que se vivieron en el club durante tantos años, recogidas por Ricardo Gurriarán, y que, lógicamente, no podemos traer aquí.

La delegación de Vigo cambiaría su sede inicial de la calle San Vicente, en el casco viejo de nuestra ciudad, y pasa a la calle del Príncipe. Cobra así mucha fuerza e inicia su "andaina" particular en 1973, sin romper con el club fundacional. Se registra en Vigo el Club Peña Trevinca Montañeiros de Galicia. La delegación de Ourense pasa a llamarse Club Alpino Manzaneda , y la de Valdeorras Club Trevinca Barco. Tras muchos años en la calle viguesa de paseo por excelencia, en 1986 se hace con la propiedad de un local en la Calle Brasil, que tras ser acondicionado por los propios socios acoge su local social hasta hoy.

El club en la actualidad

Afortunadamente, y gracias al trabajo de tantas directivas que pasaron en estos 75 años y a la fidelidad de muchísimos socios hoy el club vigués vive un gran momento lleno de vitalidad y dinamismo. Así, encuentran atractivo para hacer actividades desde niños recién llegados a la entidad, como veteranos que ya recibieron la medalla de oro por permanecer 50 años ininterrumpidos en el club y que aún siguen practicando actividades de senderismo, esquí o montaña, y no son pocos.

"Esa vitalidad de la que hablamos -nos comenta el presidente actual, Carlos Garrido- nos viene dada, al menos en parte, precisamente porque sabemos de la importancia de esta entidad que estamos representando, conocemos su historia y el esfuerzo de quienes nos precedieron y porque es muy gratificante mantener viva la palabra compromiso, que es la que nos trajo hasta aquí. Disfrutas cuando ves como llenas de contenido y satisfacción, a través del deporte al aire libre y el disfrute de la naturaleza, la vida de las personas que vienen al club con el objetivo de compartir ocio y conocimiento con los demás. La solidaridad, el altruismo, entregar tu tiempo y compartirlo para hacer un bien común contribuye a hacer mejor la sociedad, mucho más que todo lo material que nos rodea. Solo hay que ponerlo en práctica para darse cuenta uno mismo".

En la actualidad el club dispone de distintas secciones según las edades y los grados de dificultad o modalidad que los socios elijan. Así los peques realizan actividades acompañados de sus padres y disfrutan de rutas en las que van conociendo nuestro rural, los ríos, bosques, valles y entrando en contacto con la media montaña. La espeleología y la escalada ya comienzan a practicarla en edad juvenil, acercándolos, como no, a actividades en la nieve e introduciendo otras modalidades de ocio que les resultan atractivas e interesantes para su formación deportiva teniendo el montañismo como horizonte.

La práctica del senderismo dentro y fuera de Galicia es habitual cada mes. El club acude a espacios naturales de gran belleza en León, Asturias o la Cordillera Cantábrica, habitual "terreno de juego" para poner en práctica también ascensiones en media o alta montaña para aquellos que ya gozan de más experiencia o preparación.

"Es necesario disponer al menos de tres días para poder desplazarnos a zonas de verdadera montaña, comenta Carlos Garrido. Son necesarias casi seis horas para llegar a algunas zonas de Picos de Europa, a pesar de lo que mejoraron las comunicaciones, lo que obliga a dejar la alta montaña para los períodos vacacionales o los "puentes". Eso sí, no perdemos la oportunidad en cuanto se presenta y a pesar de la distancia el año pasado acudimos en dos ocasiones al Pirineo para hacer travesías tanto en invierno como en verano".

"Cuidamos mucho también otros aspectos, tales como la formación, para poder realizar las actividades de alta montaña. Nuestro club incentiva mucho la asistencia a cursos de montañismo invernal o alpinismo para que el concepto de seguridad y el actuar con conocimiento y responsabilidad sea prioritario en la práctica del montañismo".

Este trabajo fue reconocido recientemente en la Gala del Deporte, celebrada por la Universidad de Vigo, en la cual el club fue homenajeado por la promoción del deporte que viene realizando.

"Evidentemente este es un año especial y trataremos de llenarlo de contenido atractivo para celebrarlo desde distintos aspectos, culturales, sociales y por supuesto deportivos. El primer acto será el día uno de marzo con la proyección de un documental y la celebración del 75º cumple años del club. El día cuatro de mayo se estrenará, por primera vez en Galicia, el Festival Internacional de Cine de Montaña y Aventura Banff, de Canadá. Será una jornada extraordinaria para disfrutar de las mejores producciones del mundo de documentales deportivos, gracias al esfuerzo realizado por el club para traerlo y al patrocinio de varias entidades.

En el verano llevarán sus actividades al Valle de Aosta, en Italia, donde se realizaran rutas y ascensiones, el Gran Paradiso entre otras, que ya se están diseñando estos días. "Dejaremos para el segundo semestre alguna conferencia de alpinistas de élite y una exposición sobre estos 75 años de historia del club"

.

Mas info. en: www. trevinca.es

Compartir el artículo

stats