Vigo, cirugía estratégica en movilidad

Desde una óptica curiosa de una lega en la materia, me asombra el sistema cardiovascular, por su sofisticación y eficiencia. Imagino un corazón bombeando, repartiendo, a través de una red principal y capilar perfecta, el oxígeno y nutrientes que necesitamos. Reconduciendo, hacia los puntos de transformación y evacuación, las toxinas y excesos, que pondrían el organismo en riesgo, en caso de retención u obstrucción.

Sirva este burdo símil para intentar una visualización singular del término movilidad, entendiendo las políticas de transporte como instrumentos para generar la más eficiente y sostenible logística. Aun gozando de pulmón suficiente, si el sistema no garantiza la fluidez y conectividad de las mercancías y los pasajeros, el organismo, desnutrido, se necrosará.

Pienso ahora en el sur de Galicia, y en el norte de Portugal, y espero que todos tengamos claro qué queremos dejar, al menos, a las siete próximas generaciones. Muchos llevamos proyectando y materializando cómo tener la red multimodal más eficaz y eficiente, también en términos de costes, económicos y medioambientales, pero con la sensibilidad de cirujanos que operan en un Arco Atlántico llamado a ser centro de convivencia privilegiado, y diferencial, si así lo diseñamos.

La provincia de Pontevedra tiene un millón de habitantes, la Región Norte de Portugal más de tres millones y medio, y entre Vilagarcía de Arousa y Oporto distan 203 km. En Vigo fluirán personas durante el intercambio entre trenes (o vehículos de última milla) del Arco Atlántico, desde Ferrol, A Coruña y Oporto, que se cruzarán con arribadas de gente procedente de cualquier punto ibérico, y continuarán camino, o no.

Todavía los tiempos de viaje a Vigo desaniman a potenciales usuarios del ferrocarril, desde, y hacia el resto de España, en distancias donde el ferrocarril sería más que competitivo. Hay que continuar. Vialia, concebida por Tom Mayne como un balcón al mar, ansía tránsitos más allá de los actuales, se configura como núcleo multimodal que pivota sobre el ferrocarril, como medio de alta capacidad que se nutre de la afluencia para dar el mejor servicio.

Falta cerrar la malla, para garantizar la máxima eficiencia y resiliencia de nuestro territorio, facilitando una prosperidad solidaria. En el sur de Galicia, el nodo metropolitano de Vigo será encrucijada entre arterias principales, a través de la salida sur y la llegada desde la Meseta. Una forma de continuidad hacia Portugal, que las tuneladoras “Lebre” e “Miñoca” ya dejaron preparada, por suerte. Por eso es importante pensar en las próximas generaciones, y equilibrar la gestión cortoplacista frenética con la visión nítida del horizonte. Porque España, en materia de movilidad, está haciendo sus deberes, mirando a Portugal, al mar, y en Europa.

Cuando diseñamos las políticas de transporte debe obsesionarnos la generación de valor, en su amplia acepción, en devolver a la sociedad el máximo retorno de las inversiones que ejecutamos. La visión estratégica y el rigor en manejo de la cosa pública, es condición indispensable, y debemos poderlo explicar, en cualquier foro.