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Cervantes, exposición y cómic

Una muestra alrededor del creador del Quijote se convierte en un libro-catálogo realizado por dos de los más importantes historietistas gallegos: Miguelanxo Prado y David Rubín

Prado (iz.) y Rubín, en la exposición. // FdV

Acción Cultural Española (AC/E), la Comunidad de Madrid y el Instituto Cervantes han organizado con motivo del 400 aniversario del fallecimiento de Miguel de Cervantes en 2016, la exposición "Miguel EN Cervantes. El retablo de las maravillas" concebida y comisariada por el equipo "i con i".

La figura, vida y hechos de Miguel de Cervantes han quedado ensombrecidos por el hidalgo loco de su invención. Sin embargo la personalidad y las vivencias del escritor son dignos de ser conocidos, merecedores de su propio relato. La presente exposición, y el catálogo resultante, son una excelente manera de acercarse a Cervantes desde una propuesta de ocio familiar. El libro "Miguen en Cervantes", que es catálogo de la expo, es un producto de ánimo lúdico e informativo sin caer en didactismos, ameno. Los dos autores encargados de la obra son gallegos y posiblemente dos de las firmas más importantes del cómic: Miguelanxo Prado y David Rubín.

Prado es sin duda el autor de hisotrietas más importante de Galicia. Rubín, la figura más sobresaliente de la quinta del colectivo Polaqia, que en los inicios del siglo XXI aglutinó a la más importante generación de autores gallegos surgida nunca. Don nombres mayúsculos que en este libro/catálogo ofrecen sendos trabajos excelentes.

Portada conjunta

En primer lugar al conocedor de ambos creadores se le antojaba la curiosidad de ver cómo casan dos modos de entender su arte tan diferentes como los de Prado y Rubín. Su portada conjunta es, en realidad, el único momento de confluencia real (y resuelto con brillantez, opino), y en las páginas del libro se han repartido dos partes muy distintas, aunque como veremos, imbricadas: Miguelanxo Prado ha ilustrado un relato conciso pero absorbente sobre la vida del escritor. David Rubín ha creado un cómic a partir de "El retablo de las maravillas", uno de los ocho entremeses escritos por Miguel de Cervantes.

Prado ofrece ilustraciones fabulosas, su categoría gráfica es estratosférica y además aquí quizá ofrezca un aliciente, un aspecto que desconozcan aquellos lectores que han descubierto al autor a raíz del Premio Nacional otrogado a "Ardalén", su último cómic: frente al poso ensoñador y melancólico de aquel, en las ilustraciones del catálogo cervantino acude a su retranca, ese humor maravilloso que empapó lejanas "Crónicas incongruentes" (Norma, 1985). Es maravillosa la capacidad de Prado para captar expresiones faciales, a través de una suave caricaturización de sus caracteres. Y es fascinante la gracia que es capaz de otorgar a la mirada: los ojos de Cervantes y sus secundarios, en estas ilustraciones, son verdaderos espejos del alma.

Y Rubín se lanza en tromba, valiente, a respetar el texto original (trasladado literalmente a su cómic) e insertarlo en un cómic rebosante de energía, que ofrece además dos alicientes: ver cómo el dibujante orensano aligera su dibujo, llevando a una caricaturización casi inaudita en su obra; y alucinar literalmente con la capacidad de Rubín para jugar con la forma, entregando una lectura de acusadísima horizontalidad que logra un ritmo alocado, de sainete recargado con pilas alcalinas, inagotable en su galopada.

La gracia extra es que juntos han encontrado el modo de imbricar, por temas (la familia, la profesión de escritor, la religión...) ambos relatos.

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