Un empresario especializado en obra pública y en alquiler de máquinas y sin ningún conocimiento náutico fue el encargado de buscar el velero para el transporte marítimo del alijo, que resultó un cargamento de droga adulterada con una pureza de sólo el 59% por ciento, lo que hace sospechar que fueron objeto de un "timo" por parte de los colombianos que les facilitaron la mercancía.

El estradense, que figuró como titular de la empresa que compró el Pandora Lys sólo cinco días, aseguró al tribunal que adquirió el velero para "negocios" y con dinero que tenía ahorrado. Sin embargo, según se consdiera probado en el fallo, ni tenía conocimientos náuticos -como pusieron en evidencia los vendedores de la embarcación en Valencia que la tildaron de "compra aventurada"-, ni capacidad económica para afrontar el pago como hizo, pues tenía pendientes "cuantiosas deudas", según la sentencia.