El magistrado Vázquez Taín sostiene en el auto notificado ayer que el asesinato de Asunta Yong Fang no fue un acto aislado, sino una sucesión de hechos "premeditados y previamente preparados para una culminación final". Así, el juez instructor resalta que "no existe un incidente sobrevenido, agresión y muerte", sino existe "una preparación previa, consistente en la adquisición de la sustancia tóxica que se va a suministrar a la menor, lorazepán, que está directamente conectada con el presunto asesinato como sustancia que anuló la voluntad de la Asunta".

El magistrado esgrime que "existe la preparación de la cuerda con la que se va a atar, que implica tenerla al alcance" y también "la búsqueda y acondicionamiento de un lugar idóneo para atar y asfixiar físicamente a la pequeña, donde nadie pueda ni ver ni oír los estertores de sufrimiento de la víctima durante su agonía".

En relación con el Orfidal, cuya presencia tóxica acredita la autopsia, el auto judicial recuerda que en el vestido que llevaba aquel día Rosario Porto apareció lorazepán (principio activo de dicho medicamento), mientras que la ropa de Alfonso Basterra "no ha podido ser examinada", según el juez instructor. "Asunta

El análisis forense de la pequeña asesinada, realizado por cinco especialistas incluido un experto en agresiones sexuales, descartan restos de ADN que no fueran de la propia Asunta y excluye la agresión sexual de tipo vaginal.

Lo que si puede afirmarse, a tenor del auto judicial notificado ayer, es que previamente a su muerte, Asunta había sido atada aún con vida como demuestran las marcas que la niña tenía en pies y rodillas.