Fumar en pipas de agua es tan nocivo como fumar cigarrillos, según la Sociedad Española de Cirugía Torácica y Neumología (SEPAR), que añade que una sesión típica con estos "aparatos" equivale a inhalar 200 veces el humo de un cigarrillo convencional. Agrega, además, que ese humo presenta altos niveles de CO, metales pesados y sustancias cancerígenas, por lo que son un factor de riesgo para el desarrollo de cáncer o de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Además, contienen una concentración de nicotina por gramo similar al tabaco y también provocan dependencia.

Por ello, los neumólogos entienden que las pipas de agua deben estar sujetas a una regulación similar a otros productos del tabaco y se deben incluir avisos sobre la salud, erradicar los mensajes de "cero" alquitrán y otros mensajes relacionados con "natural" o "ecológico" y prohibir su uso en lugares públicos.