Superando las adversidades, en este caso climatológicas. Es lo que tiene el Entroido: puede con todo. Y así quedó demostrado ayer, en su día grande, un domingo en el que el frío y la lluvia no fueron obstáculo para que la magia de una fiesta ancestral en ese "triángulo mágico" que conforma Xinzo, Verín y Laza, proyecto a una provincia en esa internacionalidad festiva. El arraigo que tienen las pantallas, cigarróns y peliqueiros son uno de los atractivos para dejarse seducir e, incluso, participar.

Así, después de las doce del mediodía, el esperado desfile de Cigarróns tomó la calle principal de Verín. Un espectáculo de participación intergeneracional, en la que fueron muchos los niños y jóvenes que ya toman la alternativa. La localidad ourensana volvía registrar un lleno de visitantes, que no se quisieron perder un desfile de mucho colorido y de regia tradición.

Y que decir de lo peliqueiro en Laza, también en tierras de Monterrei. Su salida es de las más esperadas, aunque lo mejor está por llegar hoy y también mañana, en un Entroido intenso, con varios giros de tradición.