El piropo se encuentra en horas bajas, no tanto en lo relativo a su presencia sino por los palos sociales que está recibiendo. Para algunas voces, es sinónimo de acoso; para otras, una adulación que, con respeto, no debería parecer mal. Muchos hombres aseguran no entender por qué "ese dicho breve con que se pondera alguna cualidad de alguien, especialmente la belleza de una mujer", como reza el Diccionario de la Real Academia Española (RAE), puede incomodar hasta el punto de ser abominable y aterrar a muchas mujeres.

Por esto último, Unidos Podemos propone una regulación legal contra el piropo y otro tipo de acosos callejeros. Además, la Junta de Andalucía acaba de lanzar una campaña de sensibilización contra estos comportamientos. El "objetivo" de esta acción de la Administración autonómica -bajo el título de No Seas Animal- es, según se recoge en el portal web de Noticias de la Junta de Andalucía, "prevenir una forma de violencia de género socialmente aceptada que normaliza el papel de las mujeres como objetos sexuales".

Antes del arranque del vídeo, la pantalla con fondo en amarillo recoge que "estos comportamientos no son propios de personas. Ayúdanos a que la fauna callejera se extinga" para, a continuación, mostrar a mujeres en lugares públicos recibiendo piropos de desconocidos.

El vídeo fue eliminado de YouTube durante unas horas por denuncias pero volvió a ser subido al comprobar que su contenido no era irrespetuoso. La directora del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM), Elena Ruiz, y el director del Instituto Andaluz de la Juventud (Francisco Pizarro), habían señalado en la presentación de la campaña que el acoso callejero es la práctica "machista y sexual más comúnmente aceptada. Se trata de comentarios sexuales explícitos o implícitos que los hombres hacen cotidianamente a las mujeres en las calles, sin ver en ello violencia".

Para algunas personas, puede parecer excesivo vincular el piropo al acoso sexual al entender que si es 'agradable' no debería hacer mal. La escritora María Xosé Queizán opina al respecto: "Hai moitas mulleres que pensan que un piropo se é moi agradable, se te chama 'guapa', non é malo, que só é malo se te insultan, pero non se dan conta que malo é todo. Por que as mulleres teñen que ser obxecto de imposición? Por que tes que aguantar babosadas pola rúa? Quen se mete co tipo que di o piropo? Por que teñen eles o poder?".

La misma Queizán ofrece las respuestas: "Crense superiores ás mulleres e, a nós, inferiorízannos e humíllannos. De aí a matar só hai uns cantos pasos".

La cantante Wöyza también hace una reflexión sobre el piropo. "Los hombres que lo lanzan -explican- se creen con derecho a decir algo a una mujer porque sí, porque es su supremacía, la supremacía del macho".

Wöyza amplía la visión sobre un fenómeno anclado en nuestra tradición al recordar que "los piropeadores se meten principalmente con niñas. Eso es un delito que es bastante más grave. Yo recuerdo estar en el instituto y que un obrero le dijese a mi amiga, de 11 años de edad, 'ven, que tengo una cosa para ti'. Daba miedo".

Para la artista, ni siquiera los comentarios positivos se salvan. "En la cárcel, hay gente por tuits inofensivos. Un piropo me parece más grave porque está metido en nuestra tradición, por lo que es peor. Tenemos que entender que hay un acto de violencia hacia las mujeres". Por todo ello, considera que "hay que tomar alguna medida en cuanto al acoso de los hombres a las mujeres".

Pero no todas las voces son contrarias. Algunas ofrecen matices que invitan a reflexionar en las distintas aristas de un tema que está siendo delicado. "Los piropos -reflexiona la música Patricia Moon- siempre han existido, tanto para hombres y mujeres. Siempre que se digan con respecto me parecen bien. Otra cosa es que una mujer se sienta intimidada por la calle porque proceden de un hombre que dice algo grosero. Tendría siempre que respetar la libertad de otro (de la persona piropeada)".

Patricia Moon añade que "es un arma de doble filo. Un piropo debería decirse desde el respeto y, siempre, de gente que uno conoce. Si se le acerca a una chica un tipo que no la conoce y la piropea, a la mujer le puede sentar mal o bien. No creo que haya que sacar de quicio el asunto".

Por su parte, Berta Ojea, secretaria de Igualdad de la Unión de Actores y Actrices, opina que "o civilizado é que unha poida camiñar como calquera cidadán normal sen que lle digan nada fermoso nin asqueroso, sen recibir silbidos, nin xestos...". Para la actriz gallega, la campaña de la Junta de Andalucía para poner freno al piropo y a otros ejemplos de acoso sexual en la calle debería implantarse en el resto del Estado. "Penso que si, que se debería estender a outros lugares. Cando aplicamos políticas de igualdade, tódalas institucións teñen a responsabilidade de aplicar leis que contibúan á igualdade de homes e mulleres. Estes comportamentos chegan dende unha situación de poder; son comportamentos que se deben limitar".

Las corrientes de 'pensamiento coloquial' sobre el tema parecen ir en direcciones opuestas. En redes sociales como YouTube se pueden encontrar desde vídeos tutoriales que ofrecen los 'mejores piropos' para 'conquistar, dejar riendo a una mujer...' a otros vídeos colgados por mujeres e incluso hombres que muestran a chicas esperando el autobús o paseando por una ciudad y recibiendo toneladas de piropos; algunos, incluso, seguidos de agresiones como que les toquen partes de su cuerpo.

Wöyza - Cantante

"Los piropeadores se meten especialmente con niñas. Eso es un delito; es grave"

Patricia moon - Música

"Siempre que se digan con respeto, los piropos me parecen bien"

Berta Ojea - actriz

"Lo civilizado sería caminar sin que te digan algo hermoso o asqueroso, sin recibir silbidos"

María X. Queizán - Escritora

"¿Por qué las mujeres tienen que aguantar babosadas de ellos por la calle?"