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Las conferencias de Club FARO

Carlos Barros: "Vigo no fue aldea en la época romana ni medieval; son prejuicios"

El historiador asegura que, aunque quedan pocos documentos y restos, "demuestran que fue una urbe importante, con el mayor puerto, hasta quince iglesias y variados oficios"

El público que acudió ayer a la conferencia, en el auditorio de Areal. // Marta G. Brea

"Un sí rotundo: Vigo tuvo una historia medieval digna de ser contada". Así de contundente se mostró ayer Carlos Barros, profesor titular de Historia Medieval en la Universidade de Santiago (USC), que ofreció en el Club Faro una interesante conferencia para responder a esa pregunta: "¿Existió el Vigo medieval?".

El historiador, que fue presentado por Xosé Carlos Abad, presidente del Instituto de Estudios Vigueses -una institución, como recordó, "que en sus 25 años de existencia trabaja para fomentar la investigación sobre la historia de Vigo y su divulgación- aportó numerosa información para acallar "los numerosos prejuicios que persisten sobre la inexistencia de un pasado interesante en Vigo". "Hay pocos documentos, pero los suficientes para contradecir la teoría de que Vigo siempre fue una aldea", aseguró.

Barros, que es además director del Grupo de Investigaciones Historiográficas y director de postgrado de Humanidades y Ciencias Sociales de la USC, señaló como primer "culpable" de la creación de este prejuicio "tan extendido en la historiografía viguesa", a Murguía, el marido de Rosalía de Castro. "Él decía hace más de un siglo que la ciudad de Vigo no tiene pasado ni historia, basándose en la falta de documentos y de restos materiales y artísticos", explicó.

El prejuicio, señaló Barros, seguramente no solo es cosa de historiadores, "sino que empezó con los conflictos del siglo XVI entre el puerto de Vigo, que vivía el comienzo de una gran expansión, con Bouzas, por un lado y con Baiona por el otro, aunque al final Vigo ganó y fue el gran puerto de toda Galicia hasta hoy". Más tarde, indicó Barros, "también influiría en el antiviguismo la disputa en el siglo XIX por la capitalidad entre Vigo y Pontevedra.

El historiador insistió en que Vigo en la época romana no fue una aldea y tampoco en la época medieval. Sin embargo, admitió que "el nombre no ayuda ya que 'vicus' en latín significa aldea. Hay por lo menos treinta y dos lugares que se llaman Vigo en Galicia y todos, menos nosotros, son aldeas", describió.

El historiador afirmó que el Vigo histórico nunca fue realmente una aldea; "Siempre hubo un centro activo de cara al mar, primero centrado en Areal, en la antigüedad romana, y luego en el Berbés, en la Edad Media".

Hay un interesante documento del siglo XVII, indicó, en el que se habla del traslado del Arenal, donde estaba el puerto romano, al Berbés, puerto medieval y moderno. "Este desplazamiento era algo habitual en la Galicia urbana de la Edad Media. El centro neurálgico del Vigo medieval estaba en un lugar intermedio entre el castillo y el puerto, alrededor de Santa María de Vigo, iglesia románico -gótica desaparecida, en cuyo lugar se hizo mucho después la Colegiata de Vigo", indicó Barros.

El primer problema que se encuentran los investigadores para conocer el pasado medieval de Vigo es la falta de fuentes municipales, ya que a mediados del siglo XIX se perdió el archivo. "Además, los escasos restos artísticos, de iglesias medievales de Vigo se encuentran fuera de la ciudad, en el Museo de Pontevedra y en Madrid", lamentó Barros, al tiempo que hizo un llamamiento al alcalde para "la creación, como pedimos desde hace años de un museo de historia de Vigo que permita la recuperación de esos tesoros de nuestra historia medieval".

El conferenciante explicó que en la Edad Media existieron en el casco urbano dos iglesias románicas, Santiago y Santa María de Vigo, que desaparecieron. Además, está documentado que hubo 15 iglesias románicas en las parroquias de lo que ahora es el concello de Vigo, de las que quedan en pie solo tres, Castrelos, Beade y Coruxo. "Eso demuestra que el mundo rural tenía excedentes económicos para construir y mantener tantas iglesias y, a la vez, alimentar un núcleo urbano cerca del mar", indicó.

Además, el historiador reivindicó el auge cultural "extraordinario" que vivió Vigo en el siglo XIII, propio de una base urbana, y puso como principal ejemplo la poesía cantada en gallego, con el emblema de Martín Códax, cuya presencia está documentada en Vigo en la segunda mitad del siglo XIII. Barros leyó algunas de las famosas cantigas. "Nada menos que 21 veces citó a Vigo en ellas, destacando lo mucho que le gustaba su mar", recordó.

"Queda mucho por hacer, pero desde luego Vigo tuvo un pasado muy interesante. Sin pasado no hay futuro. Viva Vigo y su Historia", concluyó el historiador, recibiendo un gran aplauso del público.

"La ciudad tuvo murallas, aunque no tan fuertes como otras villas"

  • Una ciudad medieval implica un perímetro de muralla y siempre hubo dudas en lo referente a Vigo. Sin embargo, Carlos Barros insistió ayer en desmontar lo que llamó un "mito" más de los muchos que rodean a Vigo. "Hay varias evidencias importantes que aseguran que Vigo tuvo murallas", indicó. Así, contó cómo en 1388, Froissart hablaba en una crónica de la entrada en Vigo de las tropas inglesas del duque de Lancaster, "especificando con toda claridad que los vecinos en un momento estaban dentro de los muros y en otro fuera de ellos", afirmó. "Probablemente no era una muralla muy fuerte, porque en 1589 Francis Drake pudo entrar en Vigo y arrasarla", añade.De las casas del Vigo medieval, recordó, que serían de madera y que quedan solo en el barrio histórico las de Ceta y Figueroa, hoy conocidas como Casa de Arines. "Y las calles serían de tierra, pero eso era lo normal en la mayor parte de las ciudades medievales". En el padrón de 1561, dijo, "constan cinco calles, que equivalían realmente a barrios y el urbanismo era caótico pero tenían excusa por la orografía tan en pendiente de la ciudad", justificó.Otro factor indirecto que ratifica la formación de un Vigo medieval urbano, explicó el historiador, es el crecimiento demográfico. "En el itinerario de Fernando Colón se situaba a Vigo entre las ciudades gallegas de cierta entidad, por detrás de Santiago, A Coruña y Pontevedra pero por encima de Ribadavia y Allariz, villas de gran importancia en el siglo XIII. Se calcula que Vigo tendría unos 1.500 vecinos en el siglo XVI", indicó Barros.El historiador habló también de los oficios que había en el Vigo medieval, "no solo pescadores y marineros, sino también mercaderes. "En el padrón de 1513 aparecen las profesiones agrupadas en cinco cofradías, una forma urbana de organización artesanal", concluyó.

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