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Una meiga gallega revela en un libro las claves y secretos de la brujería celta

La autora, Rosa Alonso, recuerda cómo le torcían la cara en la calle por su profesión

María Alonso, en uno de los rituales

Para ser bruja, es necesario estar en comunión con la naturaleza. "Las fuerzas que manejamos están en ella; para nosotras, el templo es el bosque", defiende la meiga viguesa Rosa María Alonso Ferragud, quien ha decidido traspasar su sabiduría a quien lo desee. En lugar de proponer unas pruebas ante un oráculo, plantea a las aspirantes leer su libro, Secretos de una bruja celta, editado por Xerais y que ayer se presentó en Vigo.

Precisamente, el motivo de la obra fue compartir conocimientos con una persona que viene en camino y a la que dedica el arranque del libro. "Voy a tener una nieta. Tengo la sensación de que no voy a estar cuando nazca. Me da miedo que le cuenten cosas de mí, de mi trabajo... Por eso, decidí que prefería decirle yo directamente cuáles son mis enseñanzas", detalla Alonso quien recuerda cómo empezó a interesarse de pequeña por este mundo aprendiendo las primeras nociones de una vecina "puerta con puerta" a la que acabó considerando su "abuela".

Ahora, de su testamento vital, se podrán, además, benefiarse otras personas además de su nieta. "Hay ciertas cosas que una bruja o una meiga tiene que saber: cuál es tu árbol según tu nacimiento; qué diosa te protege más; el alfabeto de las brujas, qué significado tienen determinadas cosas como que una mariposa entre en tu casa...", explica.

Rosa María ofrece en su libro varias "recetas", rituales todos de magia blanca. "Una bruja es blanca o negra dependiendo de la intención de los trabajos que realiza, si ayuda a la gente es blanca; si hace daño o mal, manipulando la vida a través de energías negativas, es negra. Yo me considero una bruja celta blanca. Mi intención es siempre ayudar", aclara esta persona que presume de abrir la primera tienda de productos de brujería de España en 1981. "Fue muy difícil dar el paso porque la gente que más me quiere, se asustó. Algunas personas me dieron la espalda hasta me torcían la cara en la calle. Me decían que era un error pero fue el éxito de mi vida".

En este punto de la conversación, esclareceque "a mí, no me hacen encargos. Yo hago sesiones de arcanos y runas, hago adivinación. A veces, se resuelven cosas al oritentar a las personas, al hacerles ver que hay errores en su vida que les llevan a cosas negativas por lo que hay que cambiar de talante. Para mantenerse en este mundo, hay que hablar muy claro. Yo decido si es factible que la magia intervenga o no. No hay que decir cosas que meten miedo para cobrarle más dinero a la gente. Yo estoy contra la especulación en la brujería".

Por último, preguntada sobre la distinción entre bruja y meiga, señala que "es lo mismo, una mujer sabia con conocimiento".

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