"O discurso do oso" no solo fue el primer texto de Julio Cortázar traducido al gallego, sino también la primera vez en que un relato del escritor argentino adoptaba el formato de álbum infantil.

El cuento fue remitido expresamente por Cortázar a unos niños en 1952, y diez años más tarde decidió incorporarlo a su libro "Historias de Cronopios y Famas".

Fiel al peculiar estilo parafantástico de su autor, en él se narra la asombrosa historia de un oso que habita en los caños de un edificio y va descubriendo la extraña y solitaria vida de los seres humanos. De las ilustraciones de este álbum se ocupó el madrileño Emilio Urberuaga, responsable gráfico de uno de los personajes más célebres de la narrativa infantil española, Manolito Gafotas, traducido a más de 18 idiomas.