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Los alquimistas del siglo XXI

La artesanía despliega sus armas

El sector en Galicia, con 2.500 empresas, busca vender más en el extranjero para hacerse más fuerte. Los tres finalistas de los Premios Artesanía de Galicia relatan su experiencia

Marta Armada, en su taller en Vigo. // Marta G. Brea

El taller de Bergondo Ardentia cuenta con nueve trabajadores. Supone un caso raro en la artesanía gallega donde el 71% de las empresas son unipersonales. La compañía atesora 28 años en los que siempre han querido mantenerse "fieles" a la filosofía de su proyecto: diseños sugerentes y alta calidad.

Hasta hace unos meses, renunciaban a diseños demasiado contemporáneos, pero ahora consideran que ha llegado el momento. Luis González -el ideólogo y ejecutor de Ardentia- explica que la colección Origami obedece a esta innovación. Con ella, han sido finalistas de los premios gallegos de artesanía. A partir de julio, se podrá ver y comprar en su web así como en las tiendas especializadas un trabajo elaborado con técnicas tradicionales de orfebrería y diseño en 3D por ordenador.

En esta ocasión, Ardentia -donde el proceso manual ocupa el 85% del trabajo; y el porcentaje restante se reserva para planificación- se ha ido a la cultura nipona para plasmar la flexibilidad del papel en las formas de la plata y oro.

Tras años duros en los que han tenido que trabajar 14 horas al día, Luis González cree que "hemos aguantado el tirón y creemos que tendremos un futuro esperanzador". No obstante, no olvida ser precavido: "Hay un futuro para el sector artesano muy bueno pero, antes, hay que pasar un desierto". Para atravesar este último, a la artesanía gallega le resta -según su opinión- ampliar los canales de venta prestando atención a la creación de una tienda online, dotar a los productos de embalaje para ponerlos en valor y mejorar las capacidades para vender el producto.

Para el cerebro de Ardentia -en cuyas colecciones hay múltiples guiños a Galicia como en aquellos pendientes en plata con forma de la hoja del carballo-, ferias como Ofeitoamán de Vigo han educado al comprador: "En las ferias de artesanía el 80% del público está educado; esas ventas producen satisfacción porque preguntan, saben valorar piezas; pero en los centros comerciales ese público con criterio se reduce al 20 o 30%".

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