Desde que comenzó la crisis, 40.672 jóvenes tuvieron que hacer las maletas en busca de un futuro que su propio país no les da. Con respecto a 2008, el número de españoles entre 20 y 29 años que tienen que emigrar ha crecido más de un 60%, y la cifra sigue aumentando.

"Me da pena que el país esté en esta situación, que nos tengamos que ir por obligación", se queja Iris Álvarez, viguesa de 26 años y graduada en Enfermería. Iris ha tomado la decisión de marcharse de su ciudad con destino a Alemania para desarrollar su profesión. ¿Las condiciones? Se va a aprender alemán a Oporto a partir de octubre para comenzar a trabajar en el país germano a partir de abril. El curso cuenta con un "sueldo" de 400 euros brutos y le permitirá alcanzar un buen nivel en el idioma. Una vez en tierra bávara, el salario bruto subirá hasta los 1.700 euros con contrato indefinido y 29 días de vacaciones, o eso es lo que promete la empresa que la contrata. Junto a Iris se marchan Carla y Paula, de 22 años y también enfermeras.

Carla es consciente de que el tijeretazo en los presupuestos de sanidad. "España no nos ofrece ninguna oportunidad con todos los recortes que hay en la sanidad", se queja, por lo que asegura no tener más alternativa que emigrar para dejar de depender de sus padres.

Las tres enfermeras se formaron en la Universidad de Vigo, es decir, en la pública y con becas del Estado. Este año, el ministro de Educación, José Ignacio Wert, ha emprendido numerosas reformas que podrían impedir el acceso universitario a cientos de alumnos. "La selectividad no funciona porque pasan el 94% de los alumnos", aseguró el ministro en relación a la baja calidad educativa. Sin embargo, "las enfermeras españolas están consideradas como las mejores de toda Europa y eso es porque se invierte, y bien, en educación", presume Paula.

Denís Pérez es profesor de lengua extranjera y su situación es muy similar. Si Iris, Paula y Carla pertenecen a un sector castigado por los recortes, Denís lo tiene todavía peor. "Voume porque non hai traballo, e menos de profesor", se lamenta. Con la educación pública en pie de guerra ante los recortes de Wert, y con una huelga general en un mes, la segunda de este año convocada por padres, educadores y alumnos, el futuro del cuerpo de maestros no parece el mejor. El curso académico 2012-2013 se cerró con 70.841 alumnos más que el curso anterior en la pública y 19.523 profesores menos.

"Ten que mellorar moito a situación en Galicia para que teña futuro", señala Denís que aún así espera volver pronto a su casa, dónde está su familia, sus amigos y su vida.

El Ministerio de Educación reconoce que en el curso 2012-2013 hubo 61.302 becarios menos que en 2011-2012. Además, el importe en becas cayó un 8% y la cuantía en las ayudas de libros descendió un 47%. Por su parte, ahora los estudiantes españoles tendrán que obtener al menos un 5,5 para acceder a la beca, mientras que la nota aumenta si se quiere conseguir otros complementos vitales para los alumnos de clase media. "É unha forma de evitala educación universal, de restrinxilo acceso", denuncia Diego Domínguez, licenciado en Traducción e Interpretación. "Un Estado sen educación é un Estado sen futuro", apostilla.

Casi el 60% de los jóvenes, 6 de cada 10, no encuentra trabajo. España es el segundo país de Europa con un mayor porcentaje de desempleo juvenil, solo por detrás de Grecia, país al que ha decidido irse Diego. Pero él se ha ido para colaborar con una ONG que busca fortalecer a los estados balcánicos y luchar contra los prejuicios hacia estos territorios. En tierra helena Diego trabaja con gente de Grecia, Bulgaria, Turquía, Italia y Nepal, y aunque el salario es muy bajo, inferior a 100 euros, la ONG corre con los gastos de alojamiento, comida y clases de griego.

¿Una generación perdida? Iris se siente así "porque no solo yo, todos mis amigos están luchando por un puesto de trabajo y no lo encuentran, o lo hacen en condiciones muy malas". "Penso que somos unha xeración desesperanzada que se ve na obriga de pagalos pratos que outros romperon", se lamenta por su parte Diego, aunque se niega a "pensar que todo o que estudamos, aprendemos, traballamos e loitamos foi en balde".

¿Podría ser la Formación Profesional una posible salida? La demanda de ciclos de FP no deja de crecer, aunque el panorama es muy similar. La precariedad y el trabajo temporal también azotan a los ciclos. Estela Rodríguez es el ejemplo perfecto de una joven que, sin ser universitaria, se preocupa por formarse y mantenerse activa en la búsqueda de empleo. Con 24 años su currículo está formado por un ciclo superior de Gestión Comercial y Marketing y otro en Administración y Finanzas, además de varios cursos como monitor de tiempo libre, voluntariado con personas dependientes o lenguaje de signos. Con todo ello solo ha conseguido trabajar en lo que estudió 6 meses. "Me solicitan mínimo 2 años de experiencia que no puedo tener si no me dan trabajo", asegura. Si hace unos años la tendencia era engordar el currículum, ahora se impone adelgazarlo, como le ha ocurrido a Estela para poder trabajar en un supermercado. "A veces te sientes defraudada y te preguntas si has estudiado para nada y no vas a llegar a trabajar en lo que te formaste, aunque trato de ser positiva", responde.

Es un cliché, pero es real. Galicia corre el riesgo de perder a su generación mejor preparada. Cientos de jóvenes se suben a un avión cada mes en busca de un futuro mejor y, aunque la mayoría pretende volver, muchos se podrían quedar para siempre en el extranjero. Con ellos se va el futuro de una tierra demasiado acostumbrada a que sus habitantes se marchen con el dolor de dejar su hogar y con la incertidumbre de saber si podrán volver algún día.