De estar prácticamente repudiadas a ser admiradas. Si hace unas décadas ser madre soltera se consideraba algo negativo, mal visto y que incluso conllevaba cierto rechazo para la mujer desde su entorno, hoy la situación ha dado un giro de 360 grados. "Te ven como una persona valiente y admiran que hayas dado el paso", señala Mónica Franqueira, una gallega que hace tres años se sometió a un tratamiento de fecundación para cumplir su sueño de ser madre. Cada vez son más quienes siguen sus pasos. Solo en la provincia de Pontevedra la cifra de solteras que tienen un hijo casi se triplica (aumentó un 132%) en la última década al pasar de las 1.485 madres no casadas en el año 2001 a las 3.447 de 2011, según los últimos datos de nacimientos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Pese a que muchas tienen a su hijo en pareja aunque no hayan pasado por la vicaría, el incremento tiene mucho que ver con otro fenómeno paralelo: el auge de quienes deciden ser madres por propia elección. "En los últimos cinco o siete años se ha duplicado el número de mujeres que acuden a la clínica para someterse a un tratamiento y ser madres en solitario", indica el ginecólogo Moisés Moreira.

Ser madre soltera, por tanto, ya no es algo anecdótico. En Galicia, 8.229 mujeres dieron a luz en 2011 sin estar casadas, lo que supone que cuatro de cada diez nacimientos que se producen en la comunidad gallega son ya de madre soltera. En este sentido, A Coruña es la provincia con menor tasa de este tipo de nacimientos (representan el 34,9% del total), frente al 42% en Pontevedra, el 39% en Lugo o el 37,8% en Ourense. En términos absolutos, Pontevedra es la provincia con más casos de madres solteras (3.447), seguida de A Coruña, con 3.233. Si el número de madres solteras aumentó un 132% en Pontevedra y un 178% en A Coruña, el aumento fue de un 182% en Lugo y un 179% en Ourense. Los datos del INE revelan que cuatro de cada diez gallegas que son madres solteras tienen entre 30 y 35 años mientras que sólo un 14% no rebasa los 25.

Muchas de estas mujeres son madre por propia elección, es decir, acuden a centros de reproducción asistida para poder cumplir con su sueño de tener un hijo pese a no tener pareja en ese momento. Se trata de mujeres con un perfil muy concreto. "La mayoría supera ya los 35 años, son gente que ha dado prioridad a su carrera profesional, de un nivel cultural medio-alto, con estabilidad económica y que tiene muy claro que va a dar este paso, no tienen dudas", señala el ginecólogo Moisés Moreira, quien reconoce que ser madre en solitario "no es una decisión fácil, requiere de mucha reflexión".

Una vez tomada la decisión, lo siguiente es someterse a un completo examen médico para ver qué técnica de reproducción -inseminación artificial o fecundación in vitro- se ajusta mejor a las necesidades de la mujer. Todo ello dependerá del número y la calidad de los ovocitos de la mujer. "A partir de los 35 años disminuye la reserva ovárica, especialmente cuando se rebasan los 40, lo que unido a otras complicaciones hace que en ocasiones no se puedan utilizar los óvulos de la mujer y haya que recurrir a los de una donante", indica este doctor coruñés. Seleccionado el método de fecundación, la mujer se someterá previamente a un tratamiento de estimulación ovárica. Los expertos reconocen que, en muchos casos, se necesitan varios ciclos para lograr el embarazo.

Pese a que tomar la decisión de ser madre en solitario es algo bien meditado siempre pueden surgir dudas. La Asociación de Madres Solteras por Elección o la web Masola son algunas de las entidades en las que informarse o compartir experiencias con otras mujeres que han vivido el mismo proceso.