Emilio y Miguel son dos ancianos recluidos en un geriátrico. Emilio acaba de llegar a la residencia en un estado inicial de alzheimer y será ayudado por Miguel y otros compañeros para no acabar en la planta superior de la residencia, el temido piso de los asistidos que es como llaman allí a los desahuciados. Este es el argumento de "Arrugas", la película gallega de animación que acaba de recibir dos Goyas. Pero es también la historia de miles de españoles en parecidas circunstancias.

La cinta abre a nuevos públicos un tema hasta ahora nunca tratado desde la animación: el de las residencias de ancianos y el alzheimer. Personas gallegas vinculadas a estos mundos alaban la película como herramienta para concienciar sobre la enfermedad a nuevos públicos. Sin embargo, discrepan de que algunos aspectos que plasma, como la vida en la residencia, que aseguran que se aleja bastante de la realidad.

"La evolución de la enfermedad, que se muestra desde los primeros síntomas y cómo el proceso, de una forma paulatina, termina en una dependencia total, está muy bien descrita", asegura Juan Carlos Rodríguez, presidente de la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer e outras Demencias de Galicia (Afaga). "Nos gusta también que plantea la necesidad de cuidados especiales que tienen estos enfermos así como el esfuerzo que tiene que hacer todo su entorno más próximo", añade.

La visión de la residencia "como una cárcel" es el punto que menos gustó al presidente de Afaga. "Es deseable que el enfermo esté el máximo tiempo posible en su domicilio, pero algunos, sobre todo en las últimas fases de la enfermedad, están mejor atendidos en una residencia que en su casa y la vida en estos centros no es como aparece en la película", apunta, al tiempo que defiende "el derecho a su propia vida que tienen las familias".

Esa misma puntualización realiza Jacobo Rubín, director comercial de Geriatros, la mayor empresa del sector en Galicia con 26 residencias en la comunidad. "Las residencias, al menos las que son como las nuestras, no son lugares aburridos, grises y casi sin actividad como aparece en la película; tenemos a diario talleres de estimulación, cocina, informática y salidas al exterior y los residentes, a no ser que estén en circunstancias especiales, pueden entrar y salir como quieran y recibir visitas durante todo el día", describe.

"La película describe muy bien la enfermedad del alzheimer y sus consecuencias con anécdotas que, además, vemos muchas veces en la realidad pero, por lo general, presenta el envejecimiento de una manera muy gris cuando nosotros somos testigos de historias de amor y aprendizaje en las residencias a diario", explica Rubín.

Por su parte Manuel Añón, director de Doral Residencias, aplaude la cinta como herramienta "para acercar a la sociedad las mermas de las facultades cognitivas y físicas que supone la vejez y que parece que muchos no quiere asumir", describe. "No hemos sido educados para saber envejecer y eso es un problema, por no hablar del tabú que existe alrededor de la muerte", destaca.

El director de Doral Residencias aplaude también la correspondencia de los personajes con la realidad: "En las residencias siempre están los veteranos que gobiernan a los demás y, cuando ingresa una persona nueva, le facilitamos un ´padrino´ que le enseñe el funcionamiento y los servicios del centro; algo parecido a lo que hace Miguel con Emilio en la película".

Añón recomienda "Arrugas" "sobre todo a la gente joven, que seguro que tienen algún familiar o conocido en estas circunstancias y les puede ser útil para comprenderlo mejor y acercarse a él". De hecho, en cuanto consigan la película planean una proyección para familiares en las residencias. "Creemos que puede ser interesante para asumir la enfermedad y conocer, de una manera más sencilla, su evolución", opina.

También las asociaciones de familiares de personas con alzheimer utilizarán la película como recurso educativo. "Estamos planteándonos realizar una unidad didáctica sobre la película para usarla en entornos como colegios e institutos", apunta el presidente de Afaga.

2012 es, además, el Año Gallego del Alzheimer y las asociaciones de afectados apuestan por la cinta como un instrumento valioso "para crear un debate sobre como evoluciona la enfermedad y los recursos necesarios para atender a los enfermos."

"Queremos proyectarla en la asociación como ya hicimos con otras películas, como el documental sobre Maragall, que también nos resultó muy interesante", apunta Ana Granja, presidenta de la Asociación de Familiares de Enfermos de O Salnés (Afasal). "Arrugas, al ser una cinta de animación, puede llegar mejor a niños y jóvenes", augura la presidenta que destaca también de la cinta "que no es solo una historia sobre el alzheimer, sino una preciosa historia sobre la amistad entre personas mayores".