Dentro de apenas dos semanas dará comienzo en Pontevedra el juicio contra una de las grandes redes que se dedicaba a la introducción de heroína en Galicia procedente del este de Europa a raíz de las relaciones comerciales que habían establecido un grupo de gallegos residentes en la provincia de Pontevedra y sus proveedores albaneses.

Serán un total de seis personas las que se sienten en el banquillo de los acusados de la Sección Cuarta dado que la Justicia sigue buscando a un séptimo individuo, un albanés cuyo último domicilio era en Valencia, que se encuentra fugado. Se trata de N. J. A., quien era el jefe o director, según el fiscal, de la rama albanesa de la organización. Era él quien gestaba las operaciones de importación de la heroína desde Centroeuropa a España y quien fijaba los precios y distribuía las órdenes entre los escalones inferiores de la red. Bajo sus órdenes estarían otros dos de los acusados, los también albaneses Sokol R. y Rinush G.

Una de las labores encomendadas al primero, según el fiscal, era ser el encargado de recibir para la organización albanesa los envíos de dinero que periódicamente realizaba el jefe de la organización en Pontevedra, Castor Manuel G. G., quien viajaba personalmente a Barcelona para hacer estas entregas acompañado de su mujer.

El segundo lugarteniente del capo albanés en España era Rinush G. , a quien se le atribuye la labor de realizar los transportes de droga en coches desde el centro de Europa hasta España, en donde supuestamente entregaba directamente la droga en Pontevedra a Castor Manuel.

Este ourensano de nacimiento y vecino de Mos era, según el fiscal, "el hombre de la organización en Pontevedra". Se encargaría de distribuir por toda la provincia la heroína que "regularmente" obtenía de los albaneses para posteriormente recaudar el pago de la droga entre los escalones inferiores de la organización y transportarlo directamente a Barcelona. Su mano derecha, según el fiscal, era su mujer M. C. C. D., que le acompañaba a todas las reuniones con la rama albanesa de la organización.

Un vecino de Vigo, J. R. R., y un vilanovés con domicilio en Ribadumia, M. A. G. B., ocuparían el último eslabón de la organización. Bajo la dependencia de Castor, dice el fiscal, se encargaban de distribuir la sustancia entre los "camellos" que trafican al menudeo. Así funcionaría la organización hasta que el 18 de marzo de 2016, tras una serie de contactos entre gallegos y albaneses, se detectó que Rinush G partió desde Alemania rumbo a Holanda en un Porsche Cayenne de la organización para allí cargar el vehículo con la heroína que tenía que llevar a Castor en Galicia. Tras quedar en un hotel de Tui, Rinush fue detenido por los agentes de la Policía Nacional. Fue necesario inspeccionar en profundidad el vehículo que conducía antes de localizar en el paso de rueda del tren trasero un habitáculo que discurría hasta la parte delantera del vehículo y en el que viajaban 54 paquetes cilíndricos que contenían uno de los mayores alijos de heroína incautados aquel año en Galicia con casi 54 kilos de droga que habría alcanzado en el mercado ilícito un valor de 2,5 millones de euros.

Los acusados se enfrentan a elevadas penas de prisión y multas millonarias. El peor parado es el supuesto transportista albanés de la droga, Rinush G., para quien el fiscal solicita una pena de 18 años de prisión dado que a la pena de once años por narcotráfico suma otras cuatro peticiones por falsedad, dado que tenía documentación falsa simulando otras tres identidades diferentes, haciéndose pasar por ciudadano griego o irlandés. Para Castor Manuel G. G. la petición de pena es de 17 años por narcotráfico y blanqueo.

El fiscal pide 15 años para su mujer M. C. C. D. por estos mismos delitos; y reclama una condena de 11 años para el albanés Sokol R. Los gallegos J. R. R. y M.A. G. B. se enfrentan a una petición de 11 años de cárcel.