"No solo queremos que el etiquetado sea bonito, también cuidamos mucho el sabor, que los vinos sean de la máxima calidad y ecológicos". Álvaro Ibaibarriaga, hostelero propietario del local pontevedrés Pintxo Viño y bodeguero, es ya un veterano entre las propuestas más creativas de la gastronomía española: sacó al mercado Lolita, uno de los aceites delicatessen de mayor éxito en el mundo reconocidos por los Mobius Award, que figuran entre los más importantes premios de diseño del mundo, o la obra "FUN Packaging" en Japón. Y con anterioridad los vinos de su bodega, Siete Pecados, habían figurado entre los mejores etiquetados del planeta en distintos concursos internacionales. Pero un diseño impactante, recuerda, no es suficiente.

Aún así es una gran baza, máxime si se tiene en cuenta que la imagen transgresora de estos caldos de La Rioja (cada una de las cuales alude a un pecado) ha vuelto a ser reconocida entre la mejores del mundo. En este caso lo ha sido por parte de El Confidencial, que elaboró un listado con las 17 etiquetas mejor diseñadas.

La etiqueta diseñada por Picasso en 1973 para las bodegas Château Mouton Rothschil ocupa un lugar de honor en este listado, en el que también figura el Francis Coppola Reserve, de la bodega californiana del director de cine, que ha contado con el diseñador de arte Dean Tavoularis, colaborador en filmes como "El Padrino".

El recientemente fallecido modisto David Delfín, que se inspiró en la alta perfumería para diseñar la imagen de Perfume de Sonsierra 2013, es otro de los presentes en el listado de los vinos con mejores etiquetados del mundo.

Una botella vestida con una camisa de fuerza (de Loco 2014) o con papel de seda (Tierras de cair 2010) o el Dom Perignon Warhol, en el que la marca de champán rinde homenaje al artista pop, tampoco faltan en la relación, en la que aparece un Rías Baixas cultivado en Camanzo, en la ribera del río Ulla. Se trata de Nice to Meet You, de Adegas Castro Brey.

Por su parte, la imagen de los Rioja 7 Pecados, una propuesta impulsada por dos bodegueros, un restaurador y un diseñador, ha sido cuidada por el estudio español Sidecar.

Su original propuesta (ya sea con una sugerente media que hace referencia a la lujuria, la etiqueta quemada en alusión a la ira, o la bodega tumbada que refleja la pereza) compite además con la calidad de los caldos, cultivadas en viñedos con una media de 58 años de antigüedad, y algunos de más de un siglo. Se emplean abonos totalmente orgánicos y se seleccionan las uvas manualmente, buscando un producto 100% natural, cuyo sabor esté a la altura de su creativo envoltorio.