Fue uno de tantos otros niños gallegos que emigró obligado por las condiciones de una Galicia llena de penurias durante la primera mitad del siglo XX. Pero él fue especial. Porque al igual que muchos otros, se formó a sí mismo como persona, pero tuvo capacidad para ser un emprendedor visionario que logró hacer felices a muchos de sus paisanos que, por aquel entonces, se ganaban el pan en Sudamérica mientras recordaban cada día lo que habían dejado atrás en su Galicia natal.

Manuel Arís es, sin lugar a dudas, uno de los poienses más importantes de la historia. Y hoy recibirá su segundo homenaje en su tierra natal. Este será póstumo y consistirá en el estreno de un documental sobre su vida producido y dirigido por Xan Leira.

Leira guarda semejanza con Arís en su origen (es hijo de emigrantes gallegos) y su profesión. El director del documental que hoy se estrena a las 20 horas en el Casal de Ferreirós, "Manuel Arís no cinema da emigración", conoció la figura del protagonista en 1992, cuando lo descubrió como uno de los artistas destacados por el Consello Galega da Cultura en la publicación con motivo de los 500 años de la conquista de América.

Ya en 2004, tras investigar sobre él, se juntaron en un cine de Buenos Aires para grabar la entrevista que articula el documental. Y ahí surgió una bonita amistad que se mantuvo hasta el fallecimiento de Arís, en 2013 con 93 años en la capital argentina.

Ese fallecimiento le impedirá estar hoy presente en el Casal de Ferreirós. Pero será un homenaje póstumo en el que sí estarán presentes algún familiar de Arís, además de representantes del Concello de Poio (productor del filme), la USC, asociaciones o el historiador Xesús Alonso Montero.

Manuel Arís estuvo asociado a los centros culturales gallegos y españoles de Montevideo. Precisamente en la capital uruguaya se inició en la radio y posteriormente en el cine.

Fue una referencia para la emigración en ambos sectores, ya que su programa se escuchó en Uruguay y Argentina y, posteriormente, grabó "Un viaje por Galicia", en1958, y "Tierra de nuestros mayores", el trabajo que grabó durante dos meses en Galicia y con el que permitió que muchos emigrantes de Sudamérica visualizasen imágenes de su tierra natal. De hecho, sus películas fueron durante meses cabeza de cartel en los principales cines de Buenos Aires y Montevideo.