La subdelegada del Gobierno en Pontevedra, Ana Ortiz, quiso ayer agradecer a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado el esfuerzo llevado a cabo el pasado domingo y el lunes en las labores de extinción y protección de la población y sus bienes frente a los voraces incendios forestales que arrasaron la provincia. Y lo hizo con una visita a la Comisaría de la Policía Nacional de Vigo primero y con otra más tarde a la Comandancia de la Guardia Civil de Pontevedra en donde se encontró con una representación de los agentes que en ese "domingo negro", como se le definió, lucharon contra el fuego codo con codo con la población y los servicios de extinción.

Fue una visita que permitió también hacer balance del esfuerzo realizado por la Guardia Civil para poder prestar toda la ayuda posible a la población en una situación dramática. El propio teniente coronel Manuel Touceda, máximo responsable del Instituto Armado en la provincia, reconoce que fue "la situación más complicada de las que me he enfrentado" y eso que ta vivió en las Islas Canarias alguna oleada de incendios importante. "Teníamos la sensación de que estaban bombardeando la provincia", reconocía ayer en la Comandancia. Touceda, junto con el general de zona de Galicia, se encontraba al frente del dispositivo en el Centro Operativo Complejo (COC) de la Comandancia de Pontevedra en donde, junto a doce operadores (cuatro de Tráfico y ocho de seguridad ciudadana) daban respuesta a las decenas de incidencias que iban surgiendo por toda la provincia debido al avance de las llamas. "Teníamos multitud de escenarios, muy cambiantes, que iban evolucionando de manera muy rápida", explica Touceda.

Colapso viario

Un momento crítico se produjo debido al colapso de algunas de las principales arterias de comunicación de la provincia. El cierre de la A-52 y de la A-57 se complicó todavía más cuando el fuego también inutilizó parte de la Nacional 120, la vía de alternativa que estaban utilizando para "desaguar" todo el tráfico atrapado en las autovías. Llegó un momento en el que "incluso teníamos serias dificultades para mover a nuestras propias unidades".

En el apartado positivo, si es que puede haber alguno de este domingo dramático, el jefe de la Guardia Civil en Pontevedra se queda con la respuesta de sus hombres. En un momento dado desde el Centro Operativo el gabinete de crisis llegó a coordinar a un total de 680 guardias civiles que estaban dedicados en cuerpo y alma a combatir el fuego y a intentar proteger a los vecinos y sus bienes. "Guardias que estaban de permiso, de baja o vacaciones llamaron para reincorporarse al servicio", explica. La situación de colapso en los túneles de A Cañiza la encauzaron dos agentes francos de servicio que retiraron una mediana para que diera vuelta el tráfico allí atrapado. "La respuesta de los guardias fue excepcional", sentenció. Incluso el parque móvil de la Comandancia llegó a resultar insuficiente para movilizar a todos los agentes que se personaron para colaborar.

Cuando la batalla contra el fuego no se podía ya ganar, se ordenaban las evacuaciones. Según explicaron ayer, un total de 1.700 personas fueron evacuadas de forma momentánea o permanente de los núcleos de población amenazadas por las llamas durante ese día y la larga madrugada que siguió después.

Touceda reconoce que la situación "más angustiosa fue la de Chandebrito". "Teníamos conocimiento de que allí se estaba extendiendo el fuego, teníamos una población aislada y sabíamos que dentro había policías nacionales y guardias civiles con la población", por lo que "nuestro mayor esfuerzo era por llegar a la zona como fuera". Un teniente de la Guardia Civil "lo intentó con una motobomba" pero falló la tracción, explicó. Por desgracia, no se pudo evitar el fallecimiento de dos personas y tanto el teniente coronel como la subdelegada expresaron su pésame a las familias y todos los afectados.

"Se juntó todo"

¿Qué o quién está detrás de esta oleada de incendios? En esta labor está trabajando ahora la Guardia Civil de Pontevedra y todo un equipo de la Policía Judicial. Touceda cree que la situación comenzó a complicarse cuando el fuego saltó de Portugal a Pontevedra por As Neves y luego, "ese día lo que pasó es que se juntó de todo". "Estamos siguiendo una línea de investigación de algún grupo organizado que a lo mejor pudo actuar en la zona de Pazos de Borbén", explica, "porque allí se registraron 9 focos en 20 minutos y pensamos que es muy difícil que una persona sola pueda hacer eso".

Luego en el resto de incendios la casuística puede ser muy variada: "Desde quemas que se escapan por imprudencias a otros por efecto espejo de pirómanos que al ver el fuego en las noticias van a prenderlo en sus zonas", comenta.