Si se intenta buscar aunque solo sea un lado positivo al drama de los incendios es que siempre, por encima de todo, sobresale la solidaridad. Es la experiencia que ha vivido la familia de Ponte Caldelas formada por Elena Buch, Harry Price y sus tres hijos, de 7 meses y 4 y 7 años. El pasado fin de semana perdieron buena parte de sus posesiones, en la aldea de A Ínsua. Fueron realojados con la mayor celeridad posible por el Concello en una vivienda de Caritel, en la que viven temporalmente hasta que puedan regresar a su casa.

Su caso provocó una oleada de solidaridad que ayer mismo llenó su casa de donativos, desde alimentos hasta ropa.

La familia tuvo que huir con lo puesto el domingo cuando vieron que sus propiedades comenzaban a arder. El miedo de perder sus propias vidas les hizo coger el coche y huir, enfrentándose al humo y la inseguridad en la carretera, aunque finalmente todo salió bien. En su huida tuvieron que dejar atrás a sus tres perras y dos gatos, así como a las gallinas. Dos de las perras aparecieron en propiedades de vecinos ese mismo día, así como una gata. Las gallinas se salvaron también. "No quiero que nos pase otra vez", dice Elena Buch.