El presente año se presenta especialmente seco desde su inicio, pero la falta de precipitaciones se ha dejado notar con fuerza desde el inicio del verano. En últimos cien días -los meses completos de julio, agosto y septiembre, más las jornadas transcurridas de octubre- apenas suman sesenta litros en total, es decir, una media de 0,6 litros diarios.

En julio fueron 11 litros, trece más en agosto y 36 en septiembre, mientras que en octubre aún no cayó una gota. A ese se unen las altas temperaturas, en torno a 30 grados, de estos días, por lo que las alarmas están encendidas en toda la comarca.

"Este año hasta los pozos particulares de los vecinos que nunca habían secado lo están haciendo", se lamentaba la pasada semana un alcalde de la comarca, que apela, como en todos los concellos a un "uso responsable" del agua.

En el Concello de Barro "la situación no fue a peor, pero a mejor tampoco", según su alcalde Xosé Manuel Fernández Abraldes, que el pasado fin de semana suspendió las restricciones nocturnas. Por su parte, el regidor de Vilaboa, José Luis Poceiro, tiene claro que "si no llueve en los próximos días va a haber problemas, y eso que la gente está concienciada y muchos de ellos tienen pozos propios".

En Ponte Caldelas "el río va bajo, con el consiguiente perjuicio para la fauna, pero el suministro está garantizado", mientras que en Poio, "la situación es preocupante de seguir así", según Luciano Sobral. "Hay manantiales que nunca habían secado que ya lo han hecho", añade. "El Umia va más bajo, pero todavía no hay que tomar medidas de restricción, siempre y cuando se haga un uso racional", advierte a su vez el alcalde de Caldas, Juan Manuel Rey.