El 1967 se declaraba Año Internacional del Turismo, nacía el IVA, Raphael representaba a España en Eurovisión, Gabriel García Márquez escribía "Cien años de soledad", The Beatles cantaban "All you need is love" y Los Bravos "Los chicos con las chicas". Pero en Poio todo eso poco podía importar a las 125 parejas que contraían matrimonio, porque su prioridad era su nueva vida en común. Son las mismas que este año celebran o celebrarían sus bodas de oro, con 50 años de casados. Diecinueve de ellas fueron homenajeadas ayer en la Casa Rosada de Poio en un acto organizado por el Concello, como cada año, con motivo de una efemérides tan especial y familiar.

Peregrina Nacimiento y Paulino Fraga se conocieron "en el baile". Ella había nacido en el seno de una familia con 12 hijos y le encantaba ir a la escuela, aunque podía hacerlo con poca frecuencia porque el trabajo era prioritario. Él estaba embarcado y su vida giraba alrededor del mar. Él era "bo mozo" y ella "faladeira, agradable e simpática". Congeniaron rápidamente y se casaron un lluvioso 3 de enero. De su matrimonio nacieron tres hijos y ahora son abuelos de tres nietos. La suya es una de las historias comunes que rodean a los homenajeados de ayer en la Casa Rosada. Hasta el edificio municipal se acercaron numerosos familiares y amigos de los 19 matrimonios. Además de Peregrina y Paulino, también celebraron sus bodas de oro Emilia Telmo y Raimundo Lino, Mercedes Redondo y Antonio Fernández, Carmen Martínez y Antonio López, Esther Areán y Avelino Luis Brea, Claudina Esperón y Laureano Castiñeira, Jesusa Torres y Manuel Durán, María Nieves Iglesias y Evaristo Montoya, Josefa Canosa y Peregrino Sartal, Carmen Villaverde y Francisco Ucha, Adelaida Gómez y Juan Rodiño, María Teresa Rodríguez y Olegario Gómez, María Amelia Calvo y Manuel Rodríguez, Avelina Martínez y Constantino Ligero, Jesusa Castro y Alejandro Pintos, María Teresa Rodríguez y Ramón Otero, María Isabel Lubián y Manuel Fuentes, Dolores Martínez y Manuel Castro y, por último, María de las Mercedes Arís y Benito Ferreira.

El salón de actos de la Casa Rosada fue engalanado para la ocasión con decoración de papel, flores y alfombras. Las parejas, como es habitual en este acto, desfilaron a lo largo de la sala al ritmo de la marcha nupcial. Los familiares y amigos de los homenajeados se encargaron de aplaudirles y animarles durante el recorrido, de modo que muchos de los matrimonios les hicieron fiesta saludando con la mano, lo que provocó emotivas escenas que, en algún caso, arrancó el grito de "¡Vivan los novios!".

La concelleira de Igualdade, Rosa Fernández, destacó que "después de tantos años juntos, vuestro amor sigue igual de vivo". En este sentido, recalcó la importancia de que en los matrimonios prime el amor, la comprensión, el cariño y, sobre todo, el respeto. "Es una de las fiestas más bonitas que se organizan aquí", recordó.

Los organizadores destacaron que esta fiesta cuenta con mucho trabajo detrás, de meses, en el que se ven implicados desde los trabajadores de la Casa Rosada hasta los del Padrón Municipal y los del Juzgado de Poio.

Muchas de las parejas que este año cumplirían sus bodas de oro no pudieron asistir bien porque ya no residen en Poio, condición imprescindible para la participación en el evento, bien porque alguno de sus miembros falleció o porque sus situaciones personales y familiares no se lo permitieron. Estas últimas, igualmente, recibirán el mismo regalo que las 19 que ayer vivieron uno de los momentos más especiales de su vida en la Casa Rosada: una bandeja grabada, un diploma y un ramo de flores.