Con la aparición de la luna el último día del mes de saabán, el octavo mes en el calendario lunar islámico, da comienzo el Ramadán, el ayuno desde la primera luz del día hasta el anochecer, algo más que una práctica religiosa que en la comarca de Pontevedra siguen desde ayer y hasta el próximo 24 de junio unas 3.000 personas que profesan el Islam.

Si hay una manifestación de los textos del Corán que es a la vez tan conocida en Occidente por su nombre como desconocida por su significado esa es el Ramadán. "El Ramadán es algo muy bueno para nosotros. No se trata solo de no comer ni de comprar comida en abundancia ni practicar sexo hasta que se pone el sol, sino de realizar el culto, de orar, de conocer verdaderamente qué es el Islam", manifiesta Mohamed Bah, presidente de la Comunidad Islámica de Pontevedra, que indica que el ayuno va modificando en un minuto la hora a la que se puede comenzar a ingerir alimentos y beber líquidos, de cualquier tipo, incluso agua, al atardecer. Anoche, esta hora eran las diez y un minuto, hoy serán las diez y dos y así, sucesivamente, hasta que el último día, el 24 de junio, sea a las diez y dieciséis minutos, ya que en algunas jornadas se repite la hora de la anterior. Son un total de 29 días de esta práctica, que, según el mes, pueden ser 30. Siempre se celebra el noveno mes del calendario lunar islámico, de ahí que comience la noche anterior a este.

"Estos días hay más personas en la mezquita de lo normal", asegura Mohamed Bah. En el templo religioso musulmán pontevedrés, situado en la calle Gaiteiro Soutelo, tienen lugar las misas, aunque muchos de los fieles optan por la oración en sus casas, ya que lo habitual es rezar cinco veces al día, un número que se puede modificar por cuestiones de salud o trabajo. Durante el Ramadán, cuando cae el sol, se celebra una cena para aquellos seguidores del Islam que no pueden preparar sus alimentos bien porque no han tenido tiempo todo el día por motivos laborales, porque no tienen familia o porque su situación económica es más débil. La que pudieron disfrutar anoche en la mezquita pontevedresa fue preparada por varias de las casas de la comunidad.

"Comer juntos es algo bueno, no por el hecho de comer, sino para poder hablar, conocer los problemas los unos de los otros y poder ayudarnos", explica Bah. Y es que el Ramadán, al fin y al cabo, es mucho más que una expresión religiosa y un ayuno. "Es una forma de conocer el sufrimiento de la gente que sufre durante todo el año porque pasa necesidades y no tiene alimentos. Nosotros pasamos por ellos unas horas durante 29 o 30 días, pero hay gente que durante tres o cuatro seguidos no tiene ni donde vivir", recalca.

Esta forma de empatizar con los más necesitados poniéndose en su propia piel puede ser puesta en marcha por los adultos en un buen estado de salud. Quedan exentos de hacer el ayuno los enfermos, los ancianos, las personas que viajan y las mujeres embarazadas, que estén dando pecho o con la menstruación, ya que, por encima de todo, el Corán, valora la salud. Si no pueden compensarlo durante el resto del año con otros días, deben optar por alimentar a personas necesitadas por cada jornada perdida.

La edad de inicio en el Ramadán es la pubertad, aunque muchos niños ya comienzan antes como una tradición familiar y siguiendo el ayuno solo unas horas, que van aumentando con el tiempo.

Obviamente, el Ramadán figura en el Corán, aunque cualquier musulmán es libre de respetarlo o no. "Nosotros no podemos hacer nada con aquellas personas que no lo siguen. Nosotros, los que sí lo hacemos, somos igual al resto, estamos todos en la tierra. No pedimos cuentas a nadie. Es algo que la persona hablará en el final con Dios, que será quien le pregunte por qué no lo hizo si tenía buena salud", indica el presidente de la comunidad musulmana pontevedresa.

El ayuno del mes de Ramadán es uno de los pilares del Islam junto con el testimonio de fe, la oración cinco veces al día, la contribución social y la peregrinación a la Meca, que se realiza al menos una vez en la vida. Este mes es aquel en el que el Corán comenzó a ser revelado al profeta Muhammad.