No solo es cosa de puntería. A la hora de enfrentarse a una situación de peligro real los agentes de las Fuerzas de Seguridad o los miembros de las Fuerzas Armadas deben demostrar una destreza que va más allá de ser certeros con el punto de mira, que también. El campo de tiro pontevedrés de Cernadiñas Novas acogió durante los últimos dos días una nueva edición del torneo de tiro policial de combate que organizan Manuel Picón Sánchez y Santiago Golmar, de la delegación de deportes de la Guardia Civil de Pontevedra.

En torno a un centenar de agentes de la Guardia Civil y Policía Nacional de diversos puntos de Galicia así como efectivos representando a las policías locales de buena parte de la provincia de Pontevedra (así como de alguna de las grandes ciudades de Galicia) se dieron cita en este torneo que cada vez cuenta con más adeptos. La lista de participantes se completa con cuatro equipos de la Brigada Galicia VII (Brilat).

Uno de los organizadores, Manuel Picón, explica que el campeonato consta de tres pruebas diferenciadas, todas ellas relacionadas con la intervención de las fuerzas de seguridad en respuesta a un supuesto ataque terrorista con rehenes.

El primer ejercicio simula la toma de una vivienda en la que están atrincherados los terroristas con varios rehenes. Una de las principales características de estos ejercicios es la habilidad que debe tener el agente a la hora de discriminar objetivos amigos y enemigos dado que disparar a un rehén conllevará una penalización.

Y dado que no solo cuenta la puntería, Manuel Picón explica además que aquellos errores graves en el procedimiento de seguridad establecido para los agentes a la hora de afrontar este tipo de operativos también conlleva penalizaciones o incluso la descalificación en los casos más graves.

La segunda prueba consistía en una prueba de tiro con escopeta policial. El tirador debería eliminar a un grupo de terroristas con este arma para liberar a unos rehenes cautivos tras un parapeto en cuanto se le acabase la munición del arma principal.

Por último, la tercera prueba que debieron superar incluyó el auxilio a un compañero o rehén herido por el fuego enemigo. El tirador debería mostrar su habilidad con la pistola con una mano mientras con la otra arrastra y pone a cubierto a un cuerpo que hace las veces de agente herido.

En definitiva, un torneo que proclamó a los mejores tiradores policiales de Galicia dado que tan solo hay otro torneo de similares características en la comunidad autónoma. Un torneo en el que cada vez ganan más presencia las mujeres.